Cuando Sarah Mispelhorn y su familia regresaron a su casa después de disfrutar un domingo paseando por su ciudad, Rockhampton, Australia, no encontraron a su amada gatita Lucy por ningún lado.
Buscaron por toda la casa y sus alrededores, pero la minina no estaba por ningún lado. Si bien se preocuparon por ella, pensaron que pronto volvería, y que quizá la pequeña se había adentrado en alguna aventura, alejándose de la casa. Pero las horas pasaron y comenzaron a preocuparse.
El lunes en la mañana Lucy no volvía y nadie tenía siquiera alguna noción de dónde podría estar, por lo que la familia comenzó a preocuparse e iniciaron la búsqueda de la pequeña, sin pensar que la encontrarían en el estado que la hallaron horas después.
Rockhampton, en Australia, una tranquila ciudad.
El niño más pequeño de la familia encontró a Lucy, pero lamentará hasta el último día de su vida haberla hallado. Lucy estaba tirada en el suelo, con su cuerpo cubierto de sangre y con sus dos patas delanteras cortadas, moribunda.
A Lucy la hallaron bajo la casa, pensaron en un primer momento que la gatita había logrado llegar hasta allí por sus propios medios, pero todo indicaba que la habían arrojado allí.
La situación de la pequeña gata era desesperante. Llamaron urgente al veterinario pero ya era demasiado tarde, las heridas habían causado mucho daño y debieron ponerla a dormir para terminar con su sufrimiento.
La familia tuvo que despedirse de la adorable Lucy.
Según les explicó el profesional, era probable que las heridas se las hubieran ocasionado 12 horas antes, por lo que era muy tarde para salvar su vida.
La familia Mispelhorn no podía entender qué le había sucedido a su amada gata, sorprendidos por el terrible ataque y la forma en la que la encontraron.
Los amigos y familiares de los Mispelhorn están abocados a encontrar al culpable de la muerte de Lucy, pues creen fervientemente que fue un ataque intencionado.
Lucy tenía apenas nueve meses de vida, era una gatita alegre y juguetona y no podría haber causado daño a nadie. Sin embargo, encontró la muerte de una forma horrífica.
Le cortaron las dos patas delanteras por completo, a la altura de sus hombros, una de ellas estaba cortada casi con precisión quirúrgica, mientras que la otra estaba totalmente destrozada.
Lo más extraño es que donde hallaron a la gata no había un rastro de sangre, ni siquiera había sangre acumulada donde la encontraron, por lo que la familia cree que alguien la arrojó ahí.
Las heridas de Lucy hicieron pensar a la familia que quizá había caído en una de esas trampas de osos, pero luego alguien les hizo notar que también alguien, una persona, podría haberle cortado las patas, sobre todo porque una de las patas estaba cortada con mucha precisión.
Una de estas trampas podrían haber sido las causante de la muerte de Lucy.
La familia decidió llamar a la Policía y a RSPCA (Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals) para reportar el horroroso ataque a su mascota. Pero al principio no recibieron la ayuda que buscaban, porque ninguna de las instituciones quisieron involucrarse en ese momento.
La Policía no quiso investigar el caso, pero finalmente RSPCA lo hizo. En un primer momento desconfiaron de la propia familia, pero luego decidieron comenzar las pesquisas del caso.
Si la muerte de Lucy es debido a trampas de oso, estos dispositivos son ilegales en Queensland, ya que se consideran dispositivos de tortura para los animales. Sin embargo, investigan si la pequeña gata habría sido víctima de uno de estos dispositivos.
Lamentablemnte, hasta el momento la familia no sabe cómo ni quién es responsable del horrible ataque. Pero no persisten en la búsqueda y no cesarán hasta dar con el culpable.
Comparte la historia, es necesario que todos estemos alertas y repudiemos este tipo de ataques.