La vida en las calles es muy dura tanto para seres humanos como para los animales: la incertidumbre de no saber si se va a comer o dónde se podrán refugiar en caso de frío, lluvia o sol debe ser muy doloroso. Además de todos los peligros de las calles que corren tanto los animales como los humanos.
Las personas sin hogar son tan vulnerables a sufrir los males de una vida sin hogar como los animales; el abandono y la soledad les afecta por igual, es una vida muy dura para cualquiera, donde no sabes qué te espera para mañana.
Pero ¿qué pasaría si existiera un lugar donde ambos, personas y animales sin hogar, pudieran cohabitar y cuidarse los unos a los otros estando en un lugar seguro?
Un lugar donde las personas sin hogar tendrían trabajo, techo y comida cuidando a perros callejeros que les retribuirían su trabajo con mucho amor y fidelidad; este lugar parece imposible, pero de hecho existe y se encuentra en Brasil.
Todo comenzó con una vieja perrita y herida llamada Mabel, que fue rescatada en el bosque de Río de Janeiro por la familia Miranda hace más de tres años. Ya tenían otros perros (7, para ser exactos) cuando la adoptaron.
Sin embargo, descubrieron que Mabel estaba embarazada y dio a luz a seis cachorros.
De estos seis cachorros cuatro fueron enviados a Estados Unidos con sus nuevos padres adoptivos, pero dos de ellos se quedaron y así empezó esta iniciativa con personas sin hogar. Gracias a estos perritos empezó todo.
La idea se les ocurrió al darse cuenta de que las personas en las calles muchas veces eran acompañadas por perros y que estos los trataban de maravilla. Parecía que la compañía les reconfortaba tanto a los animales como a las personas.
En muchas ocasiones, las personas incluso dejaban pasar alguna comida para dárselas a sus perros compañeros, un acto de generosidad tan hermoso que no tiene palabras para describirse.
El amor de estas personas hacia los perros era tan grande que decidieron crear esta iniciativa, con el propósito de brindarles tanto a ellos como a los perros un techo y comida, además de brindarles un empleo a esas personas sin techo.
Todos los que trabajan en este refugio para animales son personas sin hogar, esa es la única cualidad que hay que tener para conseguir este empleo; además del amor por los animales, claro está.
Esto es suficiente para ser parte de esta increíble labor, a partir de allí se capacita a estas personas para que aprendan más sobre el cuidado de los animales y en ellos se nota una dedicación y amor que resulta increíble.
Esta es una causa muy noble en la que definitivamente todos ganan. La familia Miranda fueron los que pensaron e iniciaron esta labor, pero pronto nombraron a Francisco David, un hombre sin hogar, para encabezar el proyecto gracias a su buen desempeño y amor por los perros.
Relayhero / Thedodo
La familia ha establecido una asociación con una agencia llamada CREAS. La agencia proporcionará apoyo para que el personal sin hogar estabilice sus vidas, para respaldar esta labor, también se unieron un equipo de voluntarios, veterinarios, enfermeras y activistas pro derecho animal.
Muchas personas se han unido a esta causa y cada vez son más personas y animales los que salen beneficiados, sin duda es una excelente forma de ayudar a todos. Esta iniciativa es un ejemplo a seguir que debemos imitar en lo posible.
Recuerda compartir esta historia y hacerla llegar a más gente.