Ellos son Barclay -un hermoso Golden Retriever- y Rudy -un pato Pekin-, ambos son animales que se caracterizan por ser de buen temperamento, amables y estar la mayor parte del tiempo de buen humor. Por eso no pudieron evitar hacer una sólida amistad donde pueden expresar sus personalidades curiosas y demostrar su afecto.
Solo verlos juntos, hace que me llene de ternura.
Pero no siempre fue así, al principio su relación fue un poco áspera, aunque dicen que las grandes amistades comienzan de esa manera. Cuando Rudy llegó a casa, Barclay descubrió que la comida de pato era muy rica y comenzó a robarla.
Eso no fue una buena idea.
Rudy no estaba dispuesto a tolerar que le robaran su comida y perseguía al hambriento perrito por todas partes para alejarlo a toda costa de su plato.
Pero a Barclay realmente no le molestaba que lo persiguieran.
Él seguía yendo por más comida y con el tiempo la frecuencia de las visitas de Barclay al gallinero se hicieron parte de la rutina, por lo que la relación comenzó a cambiar. Rudy entendió que el perrito no significaba ninguna amenaza.
Son una pareja dispareja, pero con mucha gracia.
Pam Ishiguro, su dueña, dice que mientras están juntos uno no para de perseguir y saltar sobre el otro, pero que al estar separados se extrañan, se buscan e incluso se escuchan ladridos y graznidos, sin duda intentan llamarse.
Yo creo que se comunican, seguro se entienden.
Ahora tienen una relación más sana, aunque Barclay sigue intentando robar su comida y a Rudy no le agrada mucho. Le permite beber agua de su estanque.
Por su parte, Rudy descubrió que tiene una pasión por escalar perros y Barclay se lo permite alegremente, no hay perro que no disfrute de ese tipo de juegos. Tienen una relación recíproca donde todos ganan algo y eso es maravilloso.
Incluso toman sus siestas juntos, se volvieron inseparables.
En sus caras podemos ver los felices que son.
Como todas las familias, aún tienen sus disputas y diferencias pero saben solucionarlas, nadie interviene, además son como los personajes raros del lugar, ningún otro animal juega con ellos, así que afortunadamente se encontraron, ellos se complementan y se necesitan mutuamente. Y nos enseñan que no importa nuestra apariencia y costumbres, la amistad no tiene barreras.
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