¡Es una historia muy triste! En el parque Zoológico de Capron en Massachusetts vivían dos osos en cautiverio Goof y Amy, se tenían el uno al otro y tenían una convivencia llena de amor y lealtad desde hace 19 años. Durante todo ese tiempo, tuvieron tres crías pero lamentablemente se las quitaron y fueron enviadas a vivir en otros lugares. A pesar de eso se consolaban con su compañía.
Pero todo cambió, ellos presentaban una enfermedad hepática que es común en su especie y Amy estaba muy delicada de salud. Los funcionarios del parque decidieron practicar la eutanasia a Amy, y por primera vez en casi 20 años Goof estuvo sin su compañía, fue muy difícil enfrentar la lucha por su enfermedad con el corazón destrozado por la pérdida de su compañera.
No tomaron en cuenta cuál sería el impacto de perder a Amy para siempre. La veterinaria Lisa Abbo informó que el pasado fin de semana la situación de Goof tuvo un giro inesperado, todo empeoró.
Bastaron cuatro días de llorar la ausencia de Amy para que su estado de salud, sumado a la depresión se deteriorara tanto hasta el punto de practicarle la eutanasia. Posteriormente, a través de la necropsia descubrieron que sufría varias enfermedades propias de la edad. La doctora Lisa afirmó que es muy posible que la tristeza haya sido la causante de que acentuara los síntomas tan rápido.
La expectativa de vida de los osos perezosos de los bosques del sur de Asia es de hasta 40 años. Amy y Goof tenían 25 y 27 años de edad. Para ellos, además del cuidado físico, la alimentación, y la hidratación, es importante que disfruten de la libertad, porque hay una vida que están perdiendo detrás de los fríos barrotes de esas jaulas.
Las necesidades afectivas también deben estar cubiertas, perder a sus crías, y a su única compañera por casi dos décadas es una amenaza que además de afectar su corazón y estado emocional debilita su sistema inmunológico.
Es muy triste la historia de estos osos, al menos se reencontraron en el cielo, sigamos luchando para que termine el cautiverio.