Jiji es un hombre de 94 años de edad que vive en Tokio, Japón, él fue diagnosticado con Alzheimer, la mayoría de este tipo de pacientes suelen sentirse solos y aislados, aunque Jiji trató de disimularlo en principio, su familia pudo darse cuenta de no sería la excepción, pero algo maravilloso que le permite mantenerse conectado con el mundo ocurrió.
Akiko DuPont, fotógrafa y nieta de Jiji, adoptó a un pequeño gatito.
Y aunque su abuelo siempre había sentido afinidad por las mascotas en especial por los perros, no tenía buen concepto de los gatos.
Así que en primer momento lo llevó a casa discretamente.
De hecho no tenía permiso de llevar algún animal a casa, lo hizo sin consultar.
Pero pronto su abuelo entró al cuarto de Akiko y vio a Kinako de tan solo 4 meses de edad y su reacción fue increíble.
“Sus ojos se iluminaron, expresaban una felicidad que no había visto en mucho tiempo” dijo Akiko.
Ella decidió desde ese momento documentar mediante fotografía la interacción entre ambos.
En poco tiempo se volvieron inseparables, en cualquier actividad que se encontrara Jiji se podía ver a Kinako supervisando.
La vida de Jiji cambió desde que descubrió la presencia de Kinako.
Aunque a veces el gatito puede entorpecer las actividades del abuelo, buscando llamar la atención, es maravilloso saber que Jiji tenga un amigo.
Comparten cada momento del día que consideren importante, se conocen perfectamente.
Toman la siesta juntos y de alguna manera lograr dormir en la misma posición.
Se puede decir que son almas gemelas.
TheDodo
Siempre se escucha hablar sobre los efectos terapéuticos que pueden tener los animales, este puede ser uno de esos casos, la presencia de Kinako sin duda alguna ha sido positiva para Jiji, posiblemente el gatito lo percibe y por eso permanece siempre cerca de él.
Comparte esta historia, quizás pueda inspirar a alguna persona con un familiar que necesite recuperar la alegría.