Lucy y Sully son dos perritos que llegaron casi al mismo tiempo al refugio e inmediatamente se hicieron inseparables.
Lucy es un poco mayor y tomó el rol de madre hacia Sully. Los antecedentes de ambos eran desconocidos, Lucy había estado perdida cuando llegó al refugio, y a Sully lo habían adoptado y devuelto a pesar de ser muy pequeño.
Alaina Brinton acababa de perder a un perro mayor que tenía en casa y pensó que era el momento ideal para adoptar a uno nuevo.
Ella vio algunas fotos de Lucy por internet y quiso ir a conocerla al refugio. «Vi una foto de Lucy en mi Human Society local y simplemente tenía que conocerla», dijo Alaina.
«Cuando llamé, me dijeron que la habían criado con otro perro y que les gustaría que yo también conociera a su compañero, y pensé que no sería malo verlos a los dos».
Aunque Alaina no había planeado adoptar dos perros, no pudo evitarlo al ver lo unidos que eran; se dio cuenta que debía adoptar a los dos o a ninguno, y así la decisión no fue tan difícil para ella pues ya se había enamorado de ambos.
«Me enamoré de inmediato», dijo Alaina. «Además, era obvio que Sully miraba hacia Lucy para que le mostrara qué cosas estaban y cuáles no, y no habría tenido el corazón para separarlos».
Cuando ambos llegaron a su nuevo hogar, Alaina pudo darse cuenta de lo importante que eran el uno para el otro; ambos se mostraban nerviosos de estar en un lugar nuevo, pero a la vez los dos se reconfortaban, no era tan malo si estaban juntos.
«Del mismo modo que se alimentan de la emoción del otro, también se alimentaron de la comodidad creciente del otro», cuenta Alaina.
«Ellos se acomodaron juntos y descubrieron la nueva rutina como un equipo, fue perfecto, y creo que fue una transición mucho más fácil para cada uno de ellos debido a la compañía del otro».
Ahora Lucy y Sully tienen ya más de siete años juntos desde que fueron adoptados y siguen siendo igual de inseparables, o incluso más.
Siempre los verás juntos, juegan juntos, pasean juntos, toman la siesta juntos… y siempre están en la misma habitación los dos, a donde vaya uno también irá el otro.
«Son compañeros para siempre», dice Alaina. «Cada vez que se acuestan juntos, Lucy le da a Sully un par de lamidas en la frente y él parece muy complacido por eso».
Como Sully es un poco más joven que Lucy, suele ser mucho más activo y tener más energía, pero incluso cuando salen de paseo y él corre mucho más, siempre está atento de Lucy y de que ella aún lo esté esperando.
«Incluso cuando está paseando por el parque de perros, Sully vuelve y ve a Lucy cada dos minutos o menos», explica Alaina. «Él le dice hola, camina con ella un poco, y luego se marcha otra vez. A ella no parece importarle». La relación de Lucy y Sully demuestra cuán unidos pueden llegar a ser dos perros, realmente como una familia, y del mismo modo suelen sentirse con sus dueños. Siempre debemos tener eso en cuenta y darles todo nuestro amor.
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