Lamentablemente hemos conocido la triste realidad de las peleas de perros muy de cerca, una gran cantidad de perros pitbull son victimas de esta práctica miserable y sin escrúpulos.
Muchos perros son expuestos a dolor intenso, al límite de la muerte por obedecer a un instinto de sobrevivencia marcado por el ataque de un compañero que también busca un aliento más.
Poco a poco muchas entidades se han ido sumando a la prohibición de estas masacres caninas. Sin embargo todavía existen algunas peleas clandestinas, y la historia de este amigo peludo es una prueba de ello, en medio de su dolor y de su amarga experiencia él suplicó una nueva oportunidad de vida.
Jude, es el canino que luego de su rescate estaba en la lista de perros que serían sacrificados a causa de sus heridas tanto físicas como emocionales. ¡Sufría tanto, la eutanasia inmediata parecía ser la única respuesta!
Justo antes de ponerlo a dormir para siempre, este noble y herido perro logró lamer la mano del oficial de control de animales. Fue como una oración para pedir una nueva oportunidad de vivir.
El oficial de control de animales no pudo sacrificar a Jude. «Llamó a uno de nuestros voluntarios y dijo, no puedo. No puedo hacerlo. ¿Puedes ayudarlo?” comentó Amy Hofer, co-fundador del refugio Pathway to Hope animal rescue.
Jude, fue uno de los tres pitbulls rescatados de un anillo de lucha en Paterson, Nueva Jersey, en mayo del año 2015. Lamentablemente los otros dos perros no corrieron con la misma suerte, se estima que fueron robados por las personas que los utilizaban para esa inescrupulosa práctica.
En el hospital veterinario, Amy recuerda, «que ni siquiera sabían de qué color era su pelaje, estaba totalmente cubierto de sangre».
Aunque Jude parecía recuperarse desde que fue rescatado, indudablemente el saludo que recibió el oficial fue lo que cambió su destino.
Durante su tratamiento descubrieron que sus órganos estaban fallando, tenía un soplo en el corazón y graves heridas sépticas. «Pensamos que lo íbamos a perder de nuevo», dice Amy.
El veterinario se negó a renunciar a él. Mantenía a Jude fuera de la jaula para disfrutar paseos cortos, incluso cuando el perro no quería moverse.
Poco a poco se fue mejorando…. ¡Qué gran espíritu de lucha, no se dejó vencer!
Finalmente, encontró una familia de acogida donde comenzó a ganarse los corazones de las personas que estaban a su alrededor. A pesar de su triste experiencia, la dulzura y la tolerancia lo caracterizaban, especialmente con los niños.
El tiempo en este hogar de acogida era limitado porque la familia estaba a la espera de otro bebé y el espacio era muy reducido.
Afortunadamente hoy Jude no es una estadística de los innumerables perros que mueren, dolorosamente y de forma anónima.
La Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (ASPCA) estima que hay decenas de miles de personas que participan en las peleas de perros en los Estados Unidos, aunque la práctica sea ilegal. ¡YA BASTA!
Comparte con tus amigos, Jude es un ejemplo de lo que un pequeño acto de bondad puede significar para un perro cuya vida ha sido desprovista de compasión.