Carmen Marín, propietaria del Parque Animal de Torremolinos, en España, fue arrestada por tratarse de un santuario falso en el que estafaba a la gente, recibiendo donaciones que utilizaba para intereses personales.
Pero no solo eso, durante el tiempo que mantuvo la fachada recibía animales a los que posteriormente les aplicaba eutanasia con procedimientos en los que el animal padecía mucho sufrimiento hasta morir.
Más de 2000 animales murieron a manos de esta inescrupulosa mujer. Por lo que fue sentenciada a 4 años de prisión y una multa de 6.500 euros y la imposibilidad de trabajar con animales el resto de su vida.
¡Es un horror!
La Presidenta del refugio de animales fue acusada por delitos de maltrato animal, intrusismo profesional y falsedad documental. Pero ella negó que su asociación sacrificara a 2.100 mascotas en menos de dos años, entre el año 2008-2010 como lo establece el informe de la Guardia Civil elaborado según las denuncias de uno de los veterinarios.
El Ministerio Público la responsabilizó de llevar a cabo con su ayudante un “exterminio” de animales.
Sin embargo, ella se mantuvo firme en el juicio y declaró que le tiene “fobia” a las inyecciones y que en su asociación habían sacrificado 283 animales en un período de tres años.
Los hechos sucedieron en el año 2017, pero ahora ha vuelto a salir a la luz el caso para crear conciencia
Ni ella, ni su ayudante tenían titulación veterinaria, su objetivo era reducir los gastos y dedicar las instalaciones de su asociación a fines privados de pago.
Pero eso no es todo, según el fiscal ellos inyectaban a los animales un producto eutanásico, T-61 y Dolethal sin sedación previa, por vía intramuscular, siendo más doloroso que por vía intravenosa y colocaban menos dosis de la indicada para “ahorrar gastos”, así que los animales morían tras sufrir una lenta y dolorosa agonía.
Ante estos casos las personas que deseen hacer donaciones a santuarios y refugios deben cerciorarse de que están inscritos y bajo la aprobación de la Global Federation of Animal Sanctuaries, de esta manera es más difícil que criminales como Marín continúen estafando y torturando animales.
Qué indignación ver cómo se aprovechó del sufrimiento de seres inocentes que llegaban a sus manos para recibir amor y ayuda y con la esperanza y fe de todas las personas solidarias que noblemente contribuían con esta causa.
Comparte esta historia para que todos conozcan esta terrible realidad y alcemos la voz por todas estas criaturas que perdieron la vida tan repudiablemente a manos de esta desalmada mujer.