Emerson Damasceno, de Poços de Caldas, una ciudad al sureste de Brasil, compartió unas fotos en su cuenta de Facebook que hizo indignar al mundo. En las imágenes mostraba orgulloso los tatuajes que le había hecho en la cara y orejas a su perro, un pit bull terrier llamado Diamond (diamante).
Emerson publicó las fotos pero recibió tantas críticas y repudio que primero cambió su nombre a Emerson Candido, y luego dio de baja todas sus cuentas en las redes sociales.
Este es Emerson Damasceno, el tatuador que decidió que su perro debía tener un tatuaje.
La foto dio la vuelta al mundo cuando la abogada Fernanda Soares la compartió expresando su rechazo y los mensajes de repudio comenzaron a llegar.
Primero, para defenderse, Emerson alegó que los tatuajes eran para evitar que el perro tuviera cáncer de piel y que había consultado la decisión con veterinarios, quienes habían decidido que era la mejor medida para protegerlo de los rayos solares.
Este es Diamond antes de que lo tatuara.
Su novia salió a defender las acciones de Emerson, pero las críticas también le llovieron, ya que no hubo un sólo veterinario en Brasil que no acusara al tatuador de haber maltratado al perro.
Sumado a esto, la asociación de veterinarios de Poços de Caldas emitió un comunicado desmintiendo lo dicho por la pareja, ya que ningún profesional podría recomendar semejante medida.
Esta es la nota que envió el colegio de veterinarios de la ciudad brasilera.
Así se ve el perro tras ser tatuado por Emerson.
El pobre perro tiene tatuado en cada una de sus orejas el logo del equipo de béisbol Los Ángeles Dodgers, mientras que cerca de los ojos tiene estrellas y en su trompa un diamante, una nudillera de metal y un ancla.
Esta es otra foto de Emerson, quien borró todas sus cuentas en las redes sociales.
Sin embargo, antes de que eliminara su identidad virtual, sus fotos ya circulaban por Internet.
Repudiemos la acción de Emerson, quien maltrató a su perro sólo para satisfacer su capricho, demostrando que no reconoce el valor de cuidar la salud de su mascota como prioridad.
En su lugar, pensó en sus gustos e intereses sin tener conciencia del daño y del dolor que ocasionaría a su perrita. ¡Qué tristeza!
Ahora, activistas luchan por que se haga justicia y que le quiten el perro, pero es un proceso largo que podría tomar varios meses.
¡Comparte esta noticia para que el repudio sea general y desaliente a cualquiera que pueda tener una idea similar! Los amantes de los animales no podemos quedarnos de brazos cruzados, exijamos justicia y que estos actos ayuden a crear conciencia.