A veces los mejores momentos de la vida llegan cuando menos se esperan, esto fue lo que le ocurrió a un perrito abandonado que trataba de entregar su buen corazón y tener un lugar en el mundo donde pudiera estar y ser feliz. Eso es lo que se merecen todos los animalitos que luchan por sobrevivir después del maltrato que reciben, su gratitud es tan grande que siempre están dispuestos a volver a confiar en los seres humanos.
Probablemente este perrito callejero sentía que ya no tenía nada que perder, quien sabe cuántas veces habrá intentado conseguir algo de atención y fue ignorado, o lo espantaban para que se alejara siendo rechazado, sin embargo, la necesidad de encontrar el cariño de alguien que lo quisiera de verdad, lo mantenía de pie.
Se atrevió a tocar una puerta más, ese día se acercó con sus piernas temblorosas a las instalaciones de la Estación de Policía, ubicada en el municipio de Bayamon, en Puerto Rico, estaba por suceder algo que jamás se habría imaginado.
Lo dejaron pasar, era notorio su mal estado, evidenciaba signos de maltrato y desnutrición, enseguida le buscaron algo de comida y agua, luego de comer, jugaron un rato antes de marcharse. «A diferencia de otros animalitos, él estaba buscando afecto, nos pareció curioso por lo dócil y cariñoso que era”, comentó el sargento Montesinos, uno de los oficiales que se encariñó con este peludo.
El perro regresó al día siguiente en horas de la tarde, quedaron sorprendidos porque tenía la particularidad de ser muy gentil, algo que no reflejaba haber recibido en el pasado, al tener seguramente una triste y lamentable historia de maltrato en su vida.
Conquistó a todos, este perrito se sentía a gusto allí y disfrutaba de su compañía, entre todos los compañeros de trabajo lograron reunir el dinero suficiente para llevarlo con un veterinario, recibió la atención que necesitaba y le colocaron todas sus vacunas. !Fue un momento muy especial poder hacer algo por su bienestar físico!
El sargento Montesinos dijo que “empezó a tener más confianza, a ponerse más juguetón y poco a poco se hizo parte de la familia”.Decidieron hacer algo increíble, lo adoptaron y le dieron la oportunidad de pertenecer al equipo.
Se llama Gorgi, ahora tiene un hogar y también consiguió un trabajo que lo hace feliz. Se encargaron de acondicionar el espacio con todo lo que necesitaba, lo que incluía su respectivo uniforme y hasta su placa, que lo identificaba oficialmente como perro de vigilancia en la estación de policía.
¡Qué bien le queda su chaleco! Es un grandioso final feliz, se lo merecía.
Cómo no darle crédito al lugar admirable que tiene y verlo descansar plácidamente.
Es conmovedor cuando las personas se dan cuenta de todo el amor que puede generar un animalito, capaces de cargar con energía positiva cada día. Gorgi llegó al corazón de estos policías que usaron la mejor arma y es la bondad, un gran ejemplo de cómo se puede obrar para hacer cambios en esta sociedad en la construcción de un mundo cada vez mas humano.
Definitivamente Gorgi llegó para dar lo mejor de sí, él ayuda a liberar a los policías del estrés que a diario tienen que enfrentar en el trabajo. Es querido por todos y siempre va a tener lo que necesite mientras viva.
Un perrito desconocido sin nombre y callejero pudo recibir algo que está por encima de un plato de comida, tiene identidad, pertenece a una familia, el alimento y los cuidados estarán por siempre acompañados del invaluable amor.
Comparte si te gustó la historia del nuevo agente de policía de Puerto Rico, gracias a los oficiales que con este bellísimo acto de amor, hicieron posible hacer historia en la vida de este dulce perrito, por fin pudo tener la maravillosa oportunidad de su vida ¡Ser feliz!