Un perrito en apuros se salvó de milagro, gracias a la buena acción de un grupo de jóvenes que no dudaron un segundo en ayudarlo al verle luchando por no ahogarse en el mar.
Bryn Crowell y un grupo de amigos cambiaron su día de diversión por un acto heroico que merece ser reconocido, los jóvenes hicieron lo correcto y no pasaron de largo al ver al indefenso canino.
Nadie se explica cómo este perrito quedó varado en medio del mar
Hace unas semanas, Bryan armó un paseo junto a algunos amigos y todo parecía marchar de lo mejor. Sin embargo, en medio de las risas y la diversión, algo en el mar captó la atención de todos. Se trataba de una pequeña formación en el agua que a simple vista no lograron reconocer.
El chico debió pedirle al conductor de la lancha en la que viajaban que se regresara y condujera más despacio para poder investigar. No obstante entender lo que sucedía no fue fácil, el chico pensó que se trataba de un sombrero.
Nada más alejado de la realidad.
“Mi primer pensamiento fue, ‘Vaya, ese sombrero parece un perro’. ¡Otro segundo después, me di cuenta de que ERA un perro!»”, dijo Crowell, todavía impactado por ese momento.
El perrito luchaba por sobrevivir y por el cansancio era evidente que llevaba un buen rato haciendo su mayor esfuerzo para no ahogarse. De inmediato los jóvenes pensaron en auxiliarlo y se acercaron hasta llegar al canino.
«Se notaba que acababa de nadar como nunca en su vida», dijo Crowell.
Uno de los amigos del joven se lanzó al agua para sacar al perrito, aunque el asunto no fue tan sencillo porque el peludo estaba tan asustado que se movía frenéticamente. Desde el bote, el resto del grupo le hablaban al animal para tranquilizarlo.
Por suerte, lograron subirlo al bote y allí lo cubrieron con unas toallas para secarlo y darle algo de calor.
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Por el estado del perrito era evidente que era la mascota de alguien. Además, no pasó mucho tiempo para que revisaran la placa que colgaba de su collar. Por suerte, el can estaba identificado y su nombre era Zuko.
Pero no solo eso, sino que junto al nombre también estaba la información de contacto de la familia y esto facilitó por mucho el asunto.
Crowell llamó al número para hablar con los dueños del perrito, pero estos estaban tan frenéticos que en primera instancia no lo escucharon.
«Llamamos y pudimos que nos escuchara porque estaban llorando y también se escuchaban molestos durante la llamada telefónica», dijo Crowell.
Sin embargo, el chico logró informarle a la familia que su mascota estaba con ello y se encontraba aparentemente sana, que además se estaban comunicando para poder regresarlo. Después de esa explicación la persona al otro lado del parlante se tranquilizó.
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El paseo de los jóvenes se canceló, pues tenían a un perrito que necesitaba volver con su familia y una vez en tierra se concretó el reencuentro. Las personas estaban emocionadas y agradecidas por haberles devuelto a Zuko.
La histeria de la familia se debía precisamente a la desaparición del animal. El perrito había estado de paseo con ellos en la lancha y por accidente cayó al mar.
Pero lo más alarmante era que sus dueños no se habían dado cuenta y no tenían ni idea de dónde podrían comenzar a buscar.
Por suerte, Crowell y sus amigos paseaban por la zona y lograron rescatar a Zuko. Nadie sabe qué hubiese sido del perrito sin la intervención de estos jóvenes que se convirtieron en sus héroes.
Al finalizar la tarde, Zuko estaba sano y salvo con su familia y estos chicos sumaron una anécdota más a su vida llena de adrenalina.