Soportar el calor, frío, hambre, sed e inseguridad en las calles no es sencillo para nadie y una gata atigrada no estaba dispuesta a que sus hijos sufrieran todo lo que ella misma había soportado.
Esta es una historia de amor y resistencia, pues no solo los humanos saben cómo proteger a sus pequeños y esta madre gatuna lo ha dejado muy claro.
La gata deambulaba por la calle con su cría hasta que tomó una decisión inteligente.
En un rescate algo contradictorio, un samaritano se cruzó por la calle con la gata y esta no dejó de ronronearle. De hecho, la minina lo siguió hasta su casa y tras de ella marchaban también sus hijos.
El conflicto vino cuando el hombre quiso acercárseles, pues la gata celosa lo arañó y demostró lo fiera que podía ser para proteger a sus pequeños.
El hombre pensó que se trataba de una gata salvaje, pero aún así quiso ayudarles.
Con sus ronroneos la gata suplicó cobijo en la casa y el sujeto accedió, pero estaba claro de que la madre no estaba dispuesta a tener mucho contacto con él.
En ese momento, el hombre tomó la decisión de hacer algo más por ella y recurrió a un refugio para que la albergaran.
Se trataba del Refugio Regional de Animales de Wilco (en el condado de Williamson, Texas).
Para la sorpresa de todos, la gata se mostró amable con los voluntarios del lugar y parece haber entendido que estaban en el lugar indicado. Si su deseo era sacar a sus pequeños de la calle ya lo había logrado.
«El buscador le dijo al personal que era salvaje y que tuviera cuidado», compartió Megyn, una voluntaria adoptiva del refugio.
Apenas abrigaron a la familia, los trabajadores comenzaron a ubicar a una familia temporal para estos chicos. El único inconveniente era la gata, pues no sabían cómo reaccionaría ante el cambio.
«Sus bebés tenían alrededor de tres semanas en ese momento. No estábamos seguros de cómo le iría en una casa, pero pronto descubrimos que claramente había sido una gata doméstica», dijo Megyn.
Pronto todos los temores se disiparon, pues la actitud de la gata cambió por completo. Además, fue bautizada como Eevee y ya reconoce cuando la llaman.
«Eevee inmediatamente se sintió cómoda en un ambiente hogareño. Es una mamá increíble que cuida a sus gatitos de cerca, pero también está muy abierta a que los humanos los manipulen».
En su hogar de acogida, Eevee debió recibir ayuda para alimentar a sus pequeños puesto que no producía suficiente leche. Por suerte, Megyn estaba allí para ayudarle y creemos que eso puedo haber hecho que la gata se sintiera más agradecida con su cuidadora.
Un par de semanas después de haber dejado las calles, la familia estaba instalada plácidamente en su hogar y los pequeños comenzaron a explorar y reclamar cada espacio.
Ahora ellos son los reyes de la casa.
De hecho, ahora la gata tiene más tiempo para ella y no se pone a la defensiva para proteger a sus gatos. Parece que comprendió que nadie los lastimaría.
«Ella es la mamá gata más relajada y amigable que he conocido. No se inmuta por nada, incluso por cachorros ruidosos y ruidosos», compartió Megyn.
La transformación de la felina ha sido radical, pobre del samaritano que se llevó esa mala experiencia con la felina, pero es muy probable que la chica solo haya estado asustada.
Es importante comprender que la reacción de los animales que han sufrido pueden estar motivadas por los traumas que han dejado en ellos los tratos injustos que han recibido, el abandono y el miedo.
Solo ella sabrá todo lo que había tenido que vivir en la calle, lo bueno es que ahora no deberá volver y tampoco sus bebés.
Los ronroneos e insistencia de esta madre abrieron un nuevo futuro para sus pequeños. Siempre que puedas, por favor, ayuda a los animales callejeros.