Perder a una mascota es una de las vivencias más difíciles que un niño puede pasar y esto es lo que le sucedió a la pequeña dueña de la gatita gris.
Su nombre es Tita, una felina mimada y curiosa que el diciembre pasado le dio el mejor regalo de Navidad a su amada humana, una niña de 10 años.
La gatita escapó y no supo cómo regresar a casa.
Durante meses, la familia de la felina estuvo buscándola en el vecindario y entre sus vecinos, pero nadie parecía saber sobre el paradero de Tita. La gata vivía con un grupo familiar numeroso, pero la niña más pequeña era quien más la extrañaba, la escolar no concebía sus días sin su apreciada mascota.
Tita era todo para ella y aunque sus papás le sugirieron reemplazarla, la niña se negó.
En el interior de la pequeña latía la esperanza de volver a abrazar a su gatita y la verdad es que no se equivocaba. Hace un par de meses, a la familia le llegó el rumor de que Tita se encontraba en los alrededores de una escuela del vecindario. Un vecino había visto a una gata muy parecida a ella y se atrevía a asegurar de que era Tita.
En ese momento la esperanza ardió más fuerte en el corazón de la pequeña.
Junto a su papá, Juan Aguilar, la niña fue en busca de Tita en la escuela que les habían mencionado, pero se llevaron la sorpresa de que la puerta estaba cerrada.
La familia no pudo ingresar ni al estacionamiento por haber ido durante el fin de semana, pero no querían retrasar más el asunto y exponerse a que la gatita escapara otra vez.
Ya al menos tenían una pista y no querían perderla.
Tras dar algunas rondas por las afueras de la institución educativa, la niña comenzó a gritar desesperada el nombre de su mascota “¡Tita, Tita, Tita!”… ella solo quería recuperarla y cuando todo parecía perdido, la gatita apareció en el camino.
Los maullidos de Tita se escucharon a lo lejos, había reconocido la voz de su dueña que la llamaba. Mientras que la niña supo también que esos maullidos eran de su traviesa gata.
La felina apareció del estacionamiento de la escuela, lo que les había comentado su vecino era cierto: la criatura se había refugiado en ese lugar.
La pequeña se agachó y siguió llamando a Tita con la esperanza de que se acercara. En un primer instante la menor dudaba de que la gatita la hubiese reconocido, pero se equivocó, su amada mascota corrió hasta la cerca para ser abrazada por ella.
En ese instante todas las lágrimas de tristeza que la escolar había derramado durante esos meses se convirtieron en lágrimas de absoluta felicidad.
La pequeña estaba inmensamente feliz y tomó a su gatita en brazos para llevarla de nuevo a su verdadero hogar.
Esta emotiva historia salió a la luz gracias a una breve grabación que la acompañante de la niña realizó desde el vehículo y que fue posteriormente difundida en las redes sociales.
Aunque el vídeo es de pocos segundos, la carga emotiva es inmensa: todos en las redes se alegraron por este reencuentro.
La niña sonríe feliz y abraza como nunca a su gata, a la cual no querrá dejar sola nunca más.
@juan_aguilar13 #para las personas que me piden el video original sin música#denle me gusta #gracias ♬ sonido original – juan_aguilar13
Desapariciones de mascotas ocurren a diario y lamentablemente no todas las historias tienen un final feliz como el de esta gata.
La felina fue capaz de reconocer la voz de su dueña, pero además, la familia nunca se rindió y siguió buscándola por meses sin perder la esperanza.
Ese es el modelo de hogar y unión en el que todos los animalitos deberían vivir. Felicidades por esta niña y su gata que vuelven a estar juntas de nuevo.