Para los amantes de los animales, un perro es más que una mascota, se trata de un miembro de la familia y cuando se pierden o les pasa algo malo se siente un gran pesar, sus humanos hacen los que sea necesario para encontrarlo, y conservan siempre la esperanza de tenerlo de nuevo sin importar el tiempo que pase.
Jorge, el perro fiel y mejor amigo de Giorgi significaba mucho en su vida
Giorgi Bereziani es un hombre de 62 años que vive con su familia en Tbilisi, Georgia. Sus días los pasaba entretenido junto a su perro mestizo de nombre Jorge. Pero cierto día su compañero perruno desapareció. La ansiedad y la preocupación embargó al buen humano que comenzó a buscarlo por todos lados.
Era muy feliz hasta que su amigo peludo desapareció
A medida que pasaba el tiempo, el desconsuelo del hombre iba en aumento, a partir de ese momento se convirtió en un hábito el colocar carteles, avisos y todo tipo de mensajes de desaparecido en las calles.
Les comunicó a sus amigos, conocidos y transeúntes para que estuvieran al tanto y le informaran en caso de saber algo del can.
Jorge seguía perdido, pero después de tres largos años pasó lo que Giorgio tanto esperó
Nada parecía dar resultados, en el hogar todos echaban de menos al animalito. Llegar a casa ya no era lo mismo sin escuchar los ladridos de alegría del perro ni sus constantes manifestaciones de afecto, a los que todos estaban acostumbrados.
De repente, y cuando menos lo imaginaba, Giorgi recibió una llamada telefónica de los trabajadores del teatro de la opera de la ciudad, los hombres aseguraban haber visto en el edificio a un perro muy parecido al que habían declarado como perdido.
El corazón de Giorgio se aceleró de la emoción, en su interior sentía que pronto vería a su amigo
El hombre reaccionó de inmediato, y se fue conduciendo hasta el lugar indicado, estaba feliz y lleno de esperanzas. Apenas se estacionó, caminó rápidamente mirando a todos lados, por fin pudo ver a su inconfundible Jorge, resignado y acurrucado al lado de un árbol en la acera.
“Jorge, ¿eres tú?”, preguntó Giorgi conteniendo la respiración.
El perro al reconocer la familiar voz volvió su rostro con cierta duda, pero al acercarse pudo comprobar que se trataba de su humano. No tenía ninguna duda, era su querido Giorgi que había ido por él.
La fiel mascota comenzó a mover alegremente su cola, lloraba de alegría como un niño pequeño que se ha perdido y acaba de ver a su padre.
“Buscamos durante tres años. Entonces lo encontramos”, agregó Giorgi muy feliz y emocionado.
El perro tenía una etiqueta amarilla en la oreja, una identificación que el personal de control de animales de la ciudad les coloca a los perros callejeros y animales que encuentran, después de haber sido vacunados, esterilizados o castrados. Posiblemente a Jorge le hicieron tal procedimiento y lo dejaron libre.
Giorgi había grabado el inefable y emotivo momento desde el principio, y posteriormente lo compartió en sus redes sociales. Jorge se subió a la parte trasera del auto y al llegar a casa se abalanzó emocionado sobre sus familiares que estaban igual de felices por el reencuentro.
Danzaba alegremente de aquí para allá y olfateaba todo lo que lo rodeaba como asegurándose de que por fin estaba en casa.
Nada pudo acabar con su esperanza y amor
Hasta la fecha nadie sabe a ciencia cierta cómo se perdió, pero de lo que si están seguros, es de que a partir de ese momento estarán más pendientes de sus movimientos, y tratarán de recuperar el tiempo perdido con Jorge dándole todo el amor que no pudieron durante esos tres años.
Sin duda, los mejores momentos de la vida se tienen al lado de una mascota, cuyo amor es incondicional y eterno.