Las mascotas no son objetos o acompañantes de turno quizás eso deben aprenderlo los antiguos dueños de Bonggo, un tierno perrito que no ha parado de agradecerle a su nueva humana que lo haya rescatado de un verdadero calvario emocional.
El pequeño perrito cayó en las manos equivocadas y con solo meses ya sabía lo que era el rechazo
Este can fue rescatado a los 9 meses por una anciana que se conmovió de su situación. La mujer de 90 años dejó de lado sus limitaciones para abrirle las puertas de su casa y corazón al tierno perrito.
El animal había sido dejado de lado por su antigua familia, la cual vivía a solo unas casas de la residencia de esta abuela.
Antes de conocerla Bonggo pensó que su vida no tendría arreglo.
Al parecer, mientras el tierno perrito estuvo pequeño su primera familia lo llenó de amor y atenciones pero apenas comenzó a crecer ese interés por él se apagó.
Poco a poco el peludo fue dejado de lado de las actividades familiares, en los paseos Bonggo se quedaba en casa mientras los demás salían a compartir.
Esa emoción de tener a un cachorro se extinguió con el paso de los días.
La vida del tierno perrito se volvió triste y solitaria, pensó que no podía ir peor hasta que el destino de demostró lo que era estar verdaderamente solo.
Bonggo enfermó y pese a su quebranto y dolencias, sus dueños no se preocuparon en ayudarlo, peor fue el hecho de que lo dejaron solito en medio de su enfermedad.
Sus dueños salieron de casa y el indefenso animal tuvo que valerse por sí solo esos días, en medio de sus dolencias.
Fue en ese momento que la anciana supo del can por primera vez, ya que en un recorrido por el vecindario escuchó al tierno perrito llorando desde el interior de una propiedad.
Imposibilitada para ayudarlo, la mujer esperó y sin resignarse estableció una especie de guardia para averiguar qué sucedía en el lugar.
La casa estaba sola, eso era evidente, pero había una criatura sufriendo en su interior y la mujer solo quería asegurarse de que todo estaba bien.
Cuando la familia regresó ocurrió algo lamentable, al parecer solo habían ido por sus cosas pues se mudarían de lugar y el pobre Bonggo no estaba incluido en los planes de traslado.
Quizás eso fue lo mejor que le pudo haber pasado, pues el tierno perrito que había quedado sin hogar fue auxiliado por la vecina preocupada.
La anciana estaba lista para adoptarlo, no dejaría que fuera a parar a la calle en medio de su enfermedad.
La mujer pidió quedárselo y la antigua familia del tierno perrito no dudo en entregárselo. Una vez en su nuevo hogar esta buena samaritana lo alimentó, era evidente que tenía días sin alimentarse de buena manera así que el can comió desesperado.
El animalito no podía creer que su pesadilla había terminado, pero lo mejor estaba por venir.
El momento de quiebre para la mujer fue ver la emoción del peludo una vez fue abrigado con un cobertor limpio.
Para el tierno perrito ese gesto fue la señal de que estaba en un lugar seguro. La mujer lo alimentó y ahora le brindaba la posibilidad de quedarse a su lado, así que nuestro amiguito soltó una lagrimita.
Después de esto la vida de Bonggo dio un giro.
La samaritana llevó a Bonggo a un chequeo y con el tratamiento indicado logró ayudarlo, sus males no ponían en peligro su vida y con mucho amor podría rehabilitarlo.
Este tierno perrito se portó de maravillas en su nuevo hogar y pese a ser un cachorro está listo para convertirse en la mejor compañía para esta encantadora mujer.
La edad no es excusa para hacer el bien y ahora este peludo lo sabe. Por favor no los dejemos de lado, ellos nos necesitan y además siempre quieren darnos su amor.