Las gatas tienen fama de tener un instinto maternal sumamente desarrollado. Por naturaleza son muy protectoras, les encanta supervisar el crecimiento y desarrollo de los cachorritos.
Todas las madres gatas, incluyendo las primerizas, saben de manera innata qué hacer para cuidar a sus crías. Al tener el instinto maternal tan desarrollado, las madres gatunas con frecuencia adoptan gatitos que no suyos.
Gata acogió a una gatita rescatada y la cuidó como si fuera su propia cría.
Malaika es una de esas gatas que le encanta cuidar a todos los gatitos rescatados, su madre adoptiva Magdalena Jaźwińska, destaca que desde que llegó a su vida siempre ha sido muy protectora.
Recientemente, Magdalena acogió a una gatita que fue abandonada a su suerte en el jardín de una casa, afortunadamente los propietarios buscaron la forma de brindarle ayuda hasta que Magdalena decidió hacerse cargo y darle todos los cuidados que necesitaba.
“Tenía alrededor de dos semanas y media y fue abandonada por su madre”, dijo Magdalena.
La pequeña gatita estaba muy débil, por lo que necesitaba atención las 24 horas del día, su nueva madre de acogida le brindó todos los cuidados hasta que recuperó su fuerza.
Durante este proceso, la pequeña gatita rescatada contó con el incondicional apoyo de Malaika, una gata que no dudó en ponerse al frente de la situación y actuar como una verdadera madre.
La gatita fue llamada Mafia.
A los días de su rescate la pequeña Mafia ya había ganado peso y fuerza, estaba lista para conocer al resto de los integrantes peludos de la familia. Malaika siempre estuvo cuidándola y pendiente de cada movimiento.
Después de cada comida la protectora madre le daba dulces besos a la pequeña gatita. Mafia no dudaba en rendirse ante sus cuidados, recibía todos los mimos y se acurrucaba tiernamente a su lado.
“Malaika es el animal más amigable que jamás haya existido. Le encantan todas las crías o los rescates que llevo a casa”, dijo Magdalena.
La madre de acogida comentó que la fascinación de Malaika en cuidar gatitos rescatados comenzó tras la muerte de un perrito llamado Sushi, quien cumplía un importante rol en los gatitos rescatados, los acogía y cuidaba como una madre sustituta.
Tras cruzar el arcoíris después de 18 años de llenar de amor la vida de todos los que lo rodeaban, Malaika llegó y casi de inmediato comenzó a consolar a los gatitos rescatados. Desde entonces, se ha convertido en la mejor madre de crianza de todos los peluditos que llegan a casa.
Los cuida incondicionalmente hasta que logran ser adoptados.
Su receptividad e incondicional amor para cuidar los gatitos es realmente admirable. Para Magdalena, Mafia llegó en el momento indicado; hace una labor tan hermosa como la que un día hizo Sushi. Gracias a ella, muchos gatitos rescatados han logrado sobrevivir.
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Esta valiente y amorosa madre gatuna les enseña a comer solos, a darse baños como gatos, disfrutar siestas y todas esas habilidades que necesitan para enfrentarse al mundo exterior.
“Mafia imitaba todo lo que hacía Malaika. Cuando me acercaba a la nevera, Malaika corría hacía mí y maullaba entre mis piernas. Mafía corría tras ella, maullaba hacia ella y caminaba entre sus patas”, destacó Magdalena.
Solo fue cuestión de tiempo para que Mafia lograra encontrar un hogar permanente, fue adoptada por una familia que ya tenía otros dos gatitos en casa.
Ahora esta esponjosa y traviesa bola de pelos disfruta jugar con sus nuevos hermanos y poner en práctica todas las habilidades que su madre de acogida le enseñó.
Malaika sigue desarrollando su instinto maternal y cuidando de tantos gatitos rescatados que necesitan amor. Al respecto su madre destacó:
“Los abraza, se acuesta con ellos y los limpia, haciendo lo que ama”.
Esta madre gatuna les da todo el amor y los cuidados necesarios para que puedan desenvolverse en sus nuevos hogares. Un amor que no se agota sino que se multiplica con cada gatito que cuida.
Un animalito rescatado es un nuevo ángel en la Tierra que deja de lado sus temores para crecer bajo el cuidado y el amor de personas dispuestas a hacerlos infinitamente felices.