La vida en las calles es tan difícil para cualquiera, tal como lo fue para Buddy. Este peludito de ojitos luminosos vivió tantas calamidades al quedar sin un techito que es justo que ahora vuelva a dormir tranquilo.
Buddy es un perrito que solía deambular por las calles de Alaska (Estados Unidos).
El perrito ha vivido mucho tiempo sin hogar, mendigando comidita y amor. De este modo había logrado salir adelante pero una organización logró rescatarlo en el momento más pesado de su existencia: el perro había enfermado de cáncer.
Los voluntarios de Howl Of A Dog son quienes llevan el caso, están haciendo todo lo posible por ayudarlo y han compartido la emotiva historia.
Gracias a ellos el peludo tiene hoy otra oportunidad.
El día en que los rescatistas se embarcaron a las calles para salvar a un callejerito enfermo que había sido reportado, no se imaginaban la dulzura de criatura con la que se encontrarían.
Pese a los malos tratos que el can había recibido durante años, nada había dañado su espíritu dócil y puro.
Buddy se dejó atender con facilidad.
Apenas los chicos se acercaron a él, Buddy se echó a esos brazos extraños para suplicar afecto y un gran abrazo. Quizás en su interior el peludito sentía que su salvación al fin había llegado.
Y de algún modo así fue, aunque nadie se imaginaba lo que vendría después.
Tras un baño y un respectivo chequeo, Buddy parecía estar complacido de haber llegado a ese refugio pero en su interior algo más le aquejaba.
Después de unos exámenes, los médicos detectaron un linfoma incipiente en su bazo y el perrito fue diagnosticado con cáncer.
La noticia llenó el ambiente de dolor.
Incluso al saberse el diagnóstico, era como si Buddy entendiese lo que sucedía, pues demandaba más amor y abrazos de parte de sus cuidadores.
El perrito lucía temeroso.
Los médicos que lo trataron recomendaron que dado lo delicado del asunto era preferible realizar una esplenectomía. Se trata de una cirugía en la que eliminarían de manera completa el bazo afectado.
Aunque atemorizado, el valiente Buddy se enfrentó al procedimiento quirúrgico y pasó casi dos meses en recuperación.
Durante ese tiempo sus cuidadores estuvieron muy atentos de su evolución.
Por fortuna, la operación había resultado todo un éxito y tras nuevos estudios se determinó que el peludo había vencido con valentía la enfermedad mortal.
Buddy, quien en un pasado solía dormir debajo de los coches, tenía ahora más ganas de vivir y la organización inició entonces la búsqueda de la familia ideal para él.
El can merecía empezar de nuevo.
Por suerte esa búsqueda no fue demasiado extensa y, tras sus conmovedores antecedentes, personas amorosas decidieron adoptarlo. El peludo fue recibido en un hogar de Michigan y rebautizado como Román.
“No solo tiene una nueva vida feliz ahora, sino también un nuevo gran nombre: para honrar el origen rumano de Buddy, su familia adoptiva decidió cambiarle el nombre a Roman», escribieron en la página de la organización.
El perrito goza de la tranquilidad y cuidados que siempre mereció. Ahora no deberá mendingar comidita y tampoco migajas de amor, porque su nueva mamita lo adora.
“¡Estoy tan enamorada de Roman! ¡Es un ángel! Tal como lo imaginé cuando descubrí su video, él realmente estaba destinado a estar conmigo”, dijo Shannon, la nueva humana del peludo.
Pero Buddy no solo tiene a su lado a personas que lo abracen y consientan, sino a otros hermanos de diferentes especies. El perrito vive con otro can de su misma edad, llamado Dexter y dos hermosos gatitos. Como si fuese poco también disfruta de las visitas ocasionales de unos ciervos pequeños que suelen entrar a jardín de la familia, así que no estará solo nunca más.
Los perritos merecen tanto amor como ellos dan y este can ha encontrado por fin ese tesoro. Su nueva familia lo ama y está siempre a su lado ¿Tú que esperas para adoptar y encontrar a tu propio ángel?