Somos animales. Aunque a los seres humanos, con frecuencia, nos cuesta aceptar este hecho fundamental, los no humanos nos dan a cada momento lecciones de solidaridad entre ellos, independientemente de cuál sea su especie. Afirmación que evidenciarás con creces leyendo nuestra siguiente historia.
Y, si hablamos de los perritos, esa tremenda capacidad de actuar en favor de los otros de manera desinteresada se potencia y, por si te quedase alguna duda al respecto, te presentamos el caso de Zoey, una perrita dispuesta a ayudar a cualquier ser en peligro, tal como lo hizo con una cierva a quien encontró enferma.
Otro testigo de aquello fue un hombre identificado como Pat Pollifrone, músico de la banda estadounidense Miller Holler, quien se topó junto a su perrita Zoey con la cierva echada en piso del patio de su casa.
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Al ver al animal prácticamente inmóvil, y consciente de que los no domésticos deben permanecer en su propio hábitat, la trasladó a un lugar del bosque y la depositó allí con sumo cuidado. Sin embargo, la pobre cierva seguía inerte. Por más que Pat intentó reanimarla, la pequeña no se movía.
El músico sacó de su morral un poco de agua para darle de beber al animalito enfermo. Presentó varias heridas subcutáneas causadas por cientos de picaduras de garrapatas que Pollifrone procedió a curar.
En ese momento hizo su entrada triunfal la dulce y solidaria Zoey para ayudar a su cuidador. Sacó lo mejor de sí para llenar de caricias y mimos a la cervatilla convaleciente y mantenerla calmada mientras Pat esperaba a que reapareciera su madre, o a que llegase alguien para ayudar.
La canina se quedó vigilante y no se separó ni un segundo del mamífero caído, alerta y pendiente, llenándola de besos y acurrucándose protectora y atenta de cada movimiento.
Posteriormente, Pollifrone la bautizó con el nombre de Bambi y recogió toda la escena en un tierno video, que ha hecho de las delicias de miles de usuarios en Internet.
En las imágenes se observa que, si bien su cuidado no era el de una profesional, por lo menos Zoey estaba sirviendo para mantener serena a Bambi, mientras ambos continuaban albergando la esperanza de que la madre cierva se hiciera presente para reclamar a su hija.
“Seguiremos cuidando al bebé hasta que su madre vuelva. ¡Está mucho mejor! Haciendo caca, orinando, tomando leche de cabra. La infección en su ojo se está limpiando y las garrapatas ya la dejaron tranquila”, aseguró Pat en su publicación.
Tras una intensa búsqueda, por fortuna, una protectora local llamada Gibson County Goat Ranch, de Indiana, Estados Unidos, asumió los cuidados de Bambi. Intentarán rehabilitarla para que regrese a su hábitat natural. Seguramente, la ternura hecha perrita llamada Zoey la extrañará mucho.
Una vez más ha quedado demostrado que, si hay algo que caracteriza a los perritos, es esa tremenda capacidad que tienen para darse por completo y entregar amor sin esperar nada a cambio, sea a quien sea. Comparte esta bella historia con tus amigos y seres más queridos.