Lola es una adorable perrita que desde que llegó a su hogar temporal demostró tener una personalidad bastante peculiar. Su historia comenzó cuando fue acogida por un refugio local, al ser esterilizada presentó algunos problemas de salud que la dejaron incapaz de caminar.
Lola vive en una granja junto a otros animalitos rescatados.
A los meses de su intervención, Big Hearts for Big Dogs hizo todo lo posible por encontrarle un hogar de acogida, debido a su condición necesitaba atención constante y estar rodeada de personas que se comprometieran a brindarle toda la atención que necesitaba.
Su nueva familia de acogida la tuvo durante dos años antes de aceptar que la querían adoptar y que fuera un miembro oficial de la familia.
Le encanta llamar la atención y recibir muchos mimos.
Lola vive en una granja junto a otros animalitos, todos rescatados. Desde que llegó a su nuevo hogar esta dulce perrita reveló que tenía una personalidad única que terminó de derretir por completo a su familia. Annie Belanger Burley, la madre de Lola, comentó:
“La hemos tenido durante seis años. No tenemos idea de la edad que tiene, pero literalmente no envejece. Tiene el temperamento más asombroso, ¡pero es una rarita total! Ella requiere estar arropada por la noche. Es tonta, ronca cuando está despierta, otros piensan que está gruñendo, pero en realidad solo respira. Tiene una apariencia que podría matar. A veces, su ara feliz parece una mala cara”.
A esta hermosa bola de pelos le encanta que la consientan. Ama salir con su madre a buscar conos de nieve, aunque no se muestre muy emotiva es algo que disfruta una vez que tiene su helado favorito al frente. Suelen ir varias veces a la semana a Pelican Snowballs en North For Myers, Estados Unidos.
“Su helado favorito es el de caldo de pollo servido con un Milk-Bone encima. Cuando se emociona, por lo general, voltea su mirada la mayor parte del tiempo”, dijo Annie.
Recientemente, Annie decidió pedirle un cono de nieve simple porque tenía malestar estomacal y no quería que se complicara.
Lejos estaba de imaginar que Lola rechazaría el cono y cambiaría su actitud, se había convertido en una perrita malcriada, no tenía ninguna intención de comer el cono simple y lo dejó claro. Al respecto Annie destacó:
“Ella se negó a comerlo todo el camino a casa y me miró con su habitual mirada de reojo”.
Lola dejó que el cono de nieve se derritiera junto a ella y mantuvo su cabeza baja durante todo el viaje de regreso a casa.
Aunque Lola no comprendió las intenciones de su madre, estamos seguros que en futuros viajes podrá disfrutar de mucho más conos del sabor de su preferencia.
En ocasiones es necesario limitar sus antojos si su salud se ve afectada. Deseamos Lola este completamente sana y siga disfrutando en la granja con el resto de sus amigos y toda la familia que tanto la ama.
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