Jamás nos cansaremos de decir que los perros son los animales más fieles que existen sobre la faz de la tierra y la razón es sencilla: cada día son más los peludos que demuestran su lealtad con acciones realmente sorprendentes.
Y como se dice que “en las malas es que se conoce a los verdaderos amigos”, estas criaturas están dispuestas no solo a acompañar a sus humanos en la pobreza y la enfermedad, sino hasta sus últimos días de vida
Así lo ha hecho una perrita en Paraguay que no abandonó el ataúd de su dueño.
El nombre de esta amiguita incondicional es Shirley, una peluda mestiza que no logra comprender la razón por la cual metieron a su amado dueño en un cajón.
Durante el velorio del humano de Shirley la familia quedó sorprendida con las demostraciones de fidelidad de la perrita. Por más que estas personas intentaron no lograron convencer a Shirley para que se tranquilizara y se fuera a descansar lejos del féretro.
Ella solo quería estar con él.
Andrea Arzamendia, hija del difunto, relató sorprendida lo que sucedió el día del velorio. Mientras la familia recibía a los amigos más cercanos de su padre, se vieron en la necesidad de atar a Shirley a un poste, para que no anduviese molestando y también evitar que se extraviase entre el ir y venir de la gente.
Para la sorpresa de todos, desde que la perrita fue sacada de la sala velatoria comenzó a llorar. Sus aullidos desesperados conmovieron a Andrea, quien terminó por desatarla y fue allí cuando Shirley los consternó a todos.
Con mucho cuidado, la peluda trepó hasta la urna de su dueño.
Shirley quería permanecer muy cerca de Miguel Ángel, la persona que la cuidó durante 12 años, y la familia lo comprendió de inmediato, así que no pudo negarse.
“Pensamos que porque estaba atada, lloraba. Le soltamos y hasta que se subió al ataúd no se tranquilizó. Mi papá era amante de los animales. Se enamoran los animales de mi papá. Le quieren de manera tan leal”, dijo Andrea.
Miguel Ángel Arzamendia murió el pasado 9 de junio, exactamente un mes después de que falleciera su esposa. Todo esto ha sido un duro golpe para Andrea pero hay alguien que la reconforta: Shirley, a quien cuidará en memoria de su padre.
“Era como su hija. Le buscaba todo, huele todo, le pusimos su camisa usada por mi papá para que se calme”, reveló Arzamendia.
El lazo entre los perros y sus dueños llegan a ser muy fuertes cuando el amor ha sido el principal medio para fortalecer la relación. Shirley llora la partida de amado dueño, pero esperemos que junto a Andrea logre superar el dolor de la ausencia. Ahora la joven y ella están juntas para seguir andando esta vida, mientras Miguel Ángel las guarda desde el cielo.
Los perros no dejan de darnos pruebas de su amor incondicional y aún así muchas personas los maltratan. Comparte esta hermosa historia y envíale tus bendiciones a esta leal peluda.