La decisión de salvarle la vida a un animal, trasciende el acto humanitario del rescate. Implica asumir la responsabilidad de garantizarle un futuro promisorio al ser auxiliado. Sin embargo, la situación se complica cuando el protagonista es un animal callejero, sobre todo, porque la mayoría de los refugios están abarrotados.
Este fue el sacrificio encomiable que han hecho desde la organización de rescate Patitas Glew, Argentina, quienes se toparon con un pequeñín quien parecía tener cemento en su rostro. En realidad, no era lo que todos creían al principio, pues terminó siendo una complicada enfermedad.
Y así fue. Los voluntarios pensaron a primera vista que la carita de este peludo de apenas dos meses de edad, bautizado con el nombre de Rada, estaba recubierta con engrudo, pero, lo cierto es que estaba siendo carcomido por los hongos. Un caso que causó gran revuelo entre los grupos de rescatistas en el Cono Sur.
“Cuando nos comprometemos a rescatar a un perro de la calle, tenemos que estar dispuestos a ayudarlos a salir adelante en cualquiera sea su circunstancia, sobre todo sabiendo que la mayoría han vivido malos días en la calle, donde contraen enfermedades”, dijeron desde Patitas Glew.
Fue un caso para nada fácil de tratar. A decir de los voluntarios, cuando el animalito ingresó se quedaron boquiabiertos. Los hongos le habían hecho desaparecer gran parte de su piel. Además, presentó un alto grado de desnutrición.
De hecho, el caso de Rada es considerado por los veterinarios como uno de los más impactantes e inéditos de la historia, debido a la mala condición de salud y el desprecio al que debió haber sido sometido, y que lo puso en tres y dos, al borde del colapso.
“Los veterinarios no lo podían creer, nunca vimos algo similar. Al principio, las molestias no cedían y el cachorro debía ser distanciado del resto de las mascotas. Además, por la alta contagiosidad de los hongos, las voluntarias debían utilizar guantes para manipularlo”, añadieron desde la organización proanimalista.
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Sin embargo, con dedicación y mucha entrega por parte de sus cuidadores, Rada comenzó a evolucionar satisfactoriamente y las esperanzas de vida aumentaron. El aspecto de su piel mejoró considerablemente, los hongos cedieron y su ánimo despegó.
Sin embargo, actualmente, el pronóstico sobre las consecuencias de su padecimiento es reservado. Además, al animalito le fue diagnosticada una malformación en sus extremidades, producto de la misma desnutrición.
Este guerrero que ya ha pasado tanto, ahora lucha una vez más para poder ser feliz al fin en un verdadero hogar.
Comparte esta historia. Ser rescatista de animales es garantizarles todo el proceso que viene después de auxiliarlos, rehabilitarlos, adoptarlos temporalmente y proveerles de los recursos necesarios para su subsistencia, así como de su futuro hogar para siempre.