Todo comenzó cuando en Semana Santa, el hogar de los Joyce, ubicado en la localidad de Taranaki, en Nueva Zelanda, se vio salpicado por la angustia y la tristeza tras el trágico robo de su amada mascota embarazada.
Los ladrones entraron en la casa de la familia y se llevaron a Pippa, una perrita Cavalier King Charles Spaniel, de 3 años. Realmente este lamentable incidente dejó a la familia de Pippa devastada.
La pequeña peluda estaba embarazada de cuatro cachorritos, por lo que la familia sospechó inicialmente que este acto sin escrúpulos estaba motivado por temas de dinero. Todo apuntaba a que los sujetos se la llevaron para vender a los perritos por casi 4.000 dólares cada uno.
La familia desconsolada ofreció una recompensa de 1.900 dólares por el regreso seguro de Pippa a casa. Afortunadamente, una semana después los Joyce recibieron un mensaje de uno de los ladrones de Pippa informando que querían devolverla.
La familia hizo todas las gestiones y Pippa fue dejada en la puerta de la casa con un estado de salud muy complicado, pero lo que más impactó a los Joyce fue que ya no tenía a sus cachorros.
Era evidente que Pippa había dado a luz mientras estuvo secuestrada, y los ladrones se quedaron con los cachorros para venderlos. Según información local estos cachorros se pueden vender en 3.800 dólares, por lo que representa un beneficio importante en este perverso negocio.
“Estamos felices de recuperar a Pippa, pero seguimos preocupados de su salud y el trauma por el que está pasando. No sabemos cómo esto la va a afectar, es realmente impensable y repugnante lo que hicieron estos ladrones de poca monta. La pobre Pippa, está deprimida sin sus cachorros al lado”, dijo Margaret Joyce, dueña de Pippa.
Margaret cree que la razón por la que los responsables del robo devolvieron a Pipa fue porque se asustaron tras la atención que este incidente generó en la prensa y en la opinión pública local.
Tras el regreso de Pippa, Margaret pidió encarecidamente que retornaran a los cachorritos de forma segura.
“Es despiadado y triste. Si la persona que tiene a los cachorros ve esta publicación, POR FAVOR déjenlos de vuelta con Pippa o en algún centro veterinario para que podamos reunirlos. Se podrían morir si no tienen cuidados maternales”, agregó Margaret.
Antes de que Pippa fuese devuelta a su familia, el veterinario le realizó una transfusión de sangre, ya en casa esta perrita empezó el proceso de recuperación bajo los cuidados y atenciones de su familia, pero tristemente sin sus crías al lado.
Mientras tanto la policía local sigue investigando el caso de este robo y buscando pistas para identificar a estos sujetos que sin piedad primero separaron a esta perrita de su familia y después la separaron de sus cachorritos recién nacidos.
Comparte la historia de Pippa para crear conciencia sobre la venta clandestina de nuestros peludos, generalmente atrás de este acto siempre hay uno o más animales que sufren.