Nadie en este mundo quiere ser rechazado o ignorado. Pero cuando además de haber sufrido tanta indiferencia, nos destrozan el corazón por segunda vez, probablemente nos sintamos abatidos y sin el mínimo ánimo para volver a confiar.
Pero eso no nos pasa solamente a los humanos; para los perritos, que tienen un alma mucho más pura, inocente, y que solo esperarían recibir el mismo amor que entregan, no es posible entender por qué nadie querría adoptarlos.
Higgins es un deprimido pastor alemán que pasó 2381 eternos días en un refugio
Cuando era un adorable cachorro, en cuestión de segundos, consiguió el que supuestamente sería su hogar para siempre. Pero a pocos días de su adopción, el peludito totalmente traumatizado fue devuelto.
Los trabajadores no tardaron en darse cuenta de que Higgins nunca estuvo contento en su nuevo hogar, pero lo peor de todo es que nunca nadie más quiso llevarlo para siempre.
Pasaron casi 7 años de ese fatídico día en que regresó muerto de miedo al refugio, y los voluntarios de la Sociedad Protectora de Animales del Condado de Preble, en Ohio, no terminaban de comprender por qué un perrito así no experimentó más que rechazo en toda su vida.
Si bien inicialmente era un peludito muy juguetón, vieron cómo poco a poco, lo único que se notaba en su carita era una tristeza infinita, que les partía el alma por completo.
Higgins pasaba todo el día en su único rincón solitario, envejeciendo, derrotado…
Leslie Renner, la directora ejecutiva del refugio, reveló devastada que tras pedir ayuda en las redes, muchas veces le preguntaban: «¿Por qué no lo sacrifican? Es lo más fácil». Fue entonces cuando ella supo que la idea que la gente tenía sobre lo que significa adoptar era realmente mucho más errada de lo que imaginaba. Pero ella les respondía:
«Un perro también es una vida. Debemos respetar su voluntad de vivir. Y nunca nos hemos rendido en encontrar un nuevo hogar para cada uno de nuestros animales».
Gracias a que en el refugio jamás se dieron por vencidos en la búsqueda del hogar soñado para Higgins, y mucho menos harían caso a la presión de tantos pidiendo que lo «durmieran», el milagro que suplicaron, sucedió.
Cuando un joven de 22 años llamado Brendon Reed vio la foto de Higgins y se enteró de su historia, supo que se llevaría al perro a casa.
«Es un perro hermoso y se ve lindo, pero no sé por qué no ha sido adoptado», dijo Brandon.
Desde el refugio, publicaron orgullosos la feliz noticia, compartiendo el estado actual de Higgins. Al respecto comentaron:
«Queríamos que pudiera trepar a un sofá suave y mirar televisión, correr en su propio patio trasero y tener su propia persona a quien amar. Vimos a Higgins crecer con nosotros y pasar por sus años de adolescencia y adultez temprana, hasta que finalmente admitimos que se estaba convirtiendo en un perro mayor. Era muy triste pensar que tal vez nunca tendría su oportunidad, pero hoy su ángel entró por nuestra puerta principal. Estamos muy agradecidos y sabemos que Higgins será una gran adición a la vida de este joven.
Las palabras no son suficientes para expresar cuán increíblemente felices estamos por Higgins».
«Estamos tan aliviados de que Higgins haya tenido la segunda oportunidad que se merece. ¡Esto nos ha dejado en lágrimas de felicidad!»
Comparte este maravilloso final para el hermoso Higgins gracias a la valiente e incesante lucha de estos héroes sin capa y al ángel que lo adoptó para siempre.