Todos alguna vez hemos tenido un animalito en casa, y una de las cosas que más adoramos hacer con ellos es salir a pasear y a divertirnos, también con la finalidad de mostrarlos orgullosos al mundo. Esta es una práctica común en todas partes, pero, la historia de una mascota bastante inusual y su cuidador, no lo es.
Se trata de un sepulturero japonés de nombre Hisao Mitani, quien sale de su casa todas las mañanas acompañado de una tortuga espora africana gigante.
El animal se llama Bon-Chan. Tiene 25 años y fue un obsequio de su esposa. Desde hace 20 abriles sigue al hombre de avanzada edad con pasos igual de lentos, siempre a su lado.
Tal y como el propio Mitani recuerda, hace 20 años atrás, el tamaño de Bon-Chan no superaba los 10 centímetros. Cabía en la palma de su mano y, hoy en día mide fácilmente un metro de altura.
Ambos son muy particulares y queridos en la zona. Aman acompañarse en sus largos recorridos por las calles de Tokyo, en Japón.
“Mi mujer se enamoró de ella cuando la vio en una tienda de mascotas y la trajo a casa. Sabía que crecería bastante, pero no pensé que fuera a pesar tanto”, dijo Hisao Mitani.
La tortuga adora el clima cálido, por eso Hisao prefiere pasearla sobre todo en verano. Sin embargo, en invierno la cubre con un enorme abrigo especialmente adaptable a su gran caparazón.
Para los japoneses, la tortuga es símbolo de longevidad. De hecho, una especie como Bon-Chan posee una esperanza de vida de unos 80 años. Lo cierto es que la gente no puede evitar sonreír cuando ve a este par tan particular. Son verdaderamente un bálsamo para todos en estos momentos tan difíciles.
“Algunos pueden considerarlo como fuera de lugar, pero incluso en momentos de tristeza, la gente no puede evitar sonreír cuando ve a Bon-Chan. Escuché que este tipo de reptil vive durante unos 80 años, por lo que es seguro que me iré antes que él”, añadió el abuelito Hisao.
Bon-Chan ayuda a Hisao a liberarse de pensamientos negativos, producto del encierro en casa. Así se despeja un poco de los problemas, saliendo a pasear con su mejor amigo en recorridos que deberían ser breves, pero que se extienden por horas y horas debido a la lentitud de ambos.
Entre los lugares que más les gusta visitar se encuentra una funeraria, un lugar más que apropiado para que la presencia de este hermoso animal anime un poco a los deudos y transforme su llanto en alguna sonrisa.
Definitivamente, el amor que algunas personas son capaces de desarrollar por su mascota no tiene fronteras. Se trata de un sentimiento especial entre Hisao y su tortuga, que nació para nunca más morir.
Sin embargo, el otoñal sepulturero de profesión admite que ya se hecho bastante mayor, y le preocupa pensar que, en algún momento, Bon-Chan se quedará solo en el mundo.
Ellos son una hermosa prueba de que la amistad y el amor pueden perdurar hasta que la muerte los separe.
Comparte esta singular y bella historia con tus familiares, amigos y seres queridos. Mientras tanto, esperemos que esta despaciosa pareja pueda disfrutar por muchos años más cada mañana de su paseo habitual.