Un pequeño gatito que estaba abandonado en un estacionamiento no podía imaginar que una buena persona lo rescataría, y mucho menos que su corazón quedaría pegado para siempre a la familia que lo ayudó.
Sam Christie es un voluntario de crianza que se especializa en rescatar gatitos bebés.
Durante muchos años ha trabajado junto a refugios, pero desde el inicio de la pandemia ha abierto las puertas de su hogar a muchos más peluditos para ayudarlos a afrontar estos tiempos tan difíciles.
El diminuto gatito color naranja necesitaba ayuda
Hace un tiempo, Sam vio una publicación sobre un gatito de color naranja cuya vida pendía de un hilo.
Una mujer había visto algo de color naranja moverse sospechosamente bajo un auto y decidió ir a investigar qué sucedía.
Cuando llegó, el auto se había movido pero afortunadamente no hirió al peludito. Se trataba de un hermoso gatito pelirrojo que necesitaba ayuda.
Se encontraba en los huesos, completamente sucio y lleno de pulgas. Era evidente que había pasado toda su vida en las calles y no tenía las fuerzas necesarias para seguir por sí mismo.
La mujer no contaba con los medios para ayudarlo pero hizo una publicación en las redes sociales pidiendo ayuda. En cuanto Sam vio el delicado estado en el que se encontraba el gatito, supo que tenía que ayudarlo.
Sam respondió a la publicación de la mujer y se ofreció a cuidar del gatito
«Ha sido especialmente difícil este año con los refugios cerrados. Afortunadamente, tengo el apoyo de mi comunidad en Instagram, por lo que a menudo puedo hacer este tipo de rescates por mi cuenta», dijo Sam.
Lo buscó en cuestión de horas y se dispuso a brindarle el cariño que tanto necesitaba. Una visita al veterinario demostró que el minino no sufría de ninguna herida. Sólo necesitaba ganar peso y un baño antipulgas.
Oakley, el perro de Sam, ama a los gatos y gatitos, por lo que no dudó en unirse en la misión de rescate del gatito.
El gatito recibió el nombre de Wilder y después de pasar un par de días en la casa de Sam comenzó a mostrar una hermosa personalidad.
Era extremadamente juguetón, sociable y no hallaba el momento de conocer a todos los otros perros y gatitos de Sam.
Oakley es un enorme y peludo perro que al igual que Sam adora cuidar de gatitos bebés. En cuanto vio a Wilder, el noble y amoroso Oakley se dedicó a llenarlo de besos y perseguirlo por todos lados como un padre vigilante.
“Resulta que Wilder era la pieza del rompecabezas que no sabíamos que faltaba a nuestra familia”, dijo Sam.
En cuestión de semanas, el hermoso Wilder se volvió un gatito fuerte y feliz. Estaba listo para buscar una familia definitiva pero Sam comprendió que eso no era lo que él quería.
El plan inicial de Sam, era acoger a Wilder hasta que estuviera listo para ser adoptado por una buena familia, pero el gatito tenía otras intenciones. Wilder comenzó a seguir a todos los gatos mayores por la casa, los molestaba y jugaba con sus colas cada vez que tenía la oportunidad.
“El objetivo de la crianza es salvar vidas y darlas en adopción, pero a veces se quedan para siempre”, explicó Sam.
El minino había forjado nexos muy fuertes con todos los miembros de la familia. Con su adorable personalidad había quedado muy claro que él los había elegido como su hogar definitivo.
Por su parte, los gatos residentes lo aceptaron en su manada y lo tomaron bajo su protección. Sam no pudo más que derretirse y darle la bienvenida oficial. Todo había comenzado como un rescate temporal pero hay animalitos que parecen destinados a quedarse con nosotros. Wilder tuvo muchísima suerte de llegar a una familia tan bonita y amorosa.
Wilder ahora es un minino sumamente amado y feliz, rodeado de todo el cariño y la atención que siempre mereció. Yo tampoco habría podido no quedármelo.