Cuesta trabajo asimilar que muchas criaturas llegan al mundo para enfrentarse al sufrimiento desde muy temprana edad. En esta ocasión, la historia de una peludita nos ha conmovido pues aún no cumple ni un año y ya ha sufrido demasiado.
Se trata de la pequeña Mina, una perrita rescatada que ha atravesado mucho dolor
Esta mestiza fue encontrada entre la basura con graves signos de maltrato. Además de las lesiones, su cuerpo demacrado estaba infectado de pulgas, garrapatas y sufría problemas en su piel.
Pero esto no era todo, pues la pobre cachorra de menos de un año también tenía una infección intestinal, anemia y deshidratación.
Su estado era delicado y los rescatistas harían todo por ayudarla.
Los voluntarios de Howl Of A Dog fueron quienes se encargaron de rescatarla y han seguido cuidando de ella desde ese primer día.
Cuando llegó a la clínica veterinaria, la pobre Mina tenía lloraba mucho. Esta perrita no solo estaba enferma del cuerpo sino del alma. La criatura temía que cualquier hombre volviese a lastimarla.
Aunque sus rescatistas sólo querían salvarla.
La perrita fue atendida de inmediato y se le suministró suero para hidratarla y ayudarla a sobrevivir. Su estado era muy delicado y todos temían que no soportara ni esa primera noche.
Pero resultó que la pequeña era toda una valiente y no sólo pasó esa primera noche, sino que ahora se encuentra fortalecida. Después de recuperar un poco de fuerzas, la cachorra comenzó con una dieta de nutrientes y fue sometida a un baño químico para comenzar a tratar sus infecciones.
Su mirada rompía el alma.
Después de tratar sus lesiones físicas, sus cuidadores también decidieron sanarle el corazón de todos los malos tratos que había recibido. Poco a poco se fueron ganando la confianza de Mina y esta se convirtió en una chica sana y segura.
El cambio que experimentó fue radical.
Tras meses de tratamiento, la cachorrita que estuvo a punto de morir pudo correr libremente y feliz.
Además de eso, entró en un programa de adopción desde el cual logró enamorar a quienes son ahora su familia.
Mina viajó a Alemania para hacer una nueva vida y ahora está feliz.
La peluda no sólo ha dejado su pasado atrás, sino que ahora cuenta con unos padres humanos amorosos y la compañía de una hermana canina con la cual se divierte muchísimo. La vida de Mina hubiese terminado el día en que fue rescatada o, en caso de sobrevivir, su futuro hubiese sido aún más tormentoso.
Ninguna criatura merece sufrir tanto y menos siendo tan joven, comparte esta historia de rescate para que tus amigos vean que ayudar hace la diferencia.