Toda criatura que nace con alguna condición especial merece ser ayudada, no importa su tamaño o especie, pues de igual manera tienen derecho a ser feliz. Esto es precisamente lo que han intentado hacer un grupo de estudiantes al mejorar las condiciones de vida de un mapache que nació con hipoplasia cerebral.
Su nombre es Boone y el animalito no está solito pues también cuenta con un amigo especial.
El mapache vive en el Nolin River Wildlife Sanctuary en Glendale, Kentucky, un refugio especializado en la rehabilitación de animales salvajes.
Pero en ese lugar tan peculiar conoció a un perrito que se ha convertido en su gran apoyo y mejor amigo. Se trata de Benton el Gran Pirineo más amoroso y protector que cualquiera pudiese imaginar.
A este par les encanta hacer todo juntos.
Benton y Boone han establecido un gran lazo que ha cautivado a todos en el lugar.
«Ellos se aman. Benton se sienta junto a Boone la mayor parte del día, y sino está sentado junto a él, lo vigila. Es súper lindo.
Dejaré a Boone en el jardín, y Benton pondrá su pata sobre él. Boone no tiene otros animales de compañía en el rancho, así que es muy bueno verlo con Benton. Es amor verdadero «, dijo Mary Key, fundadora de Nolin River.
Boone está en el santuario desde pequeño, pues le diagnosticaron un trastorno poco común: hipoplasia cerebral. Esta condición le dificulta mucho caminar, así que recientemente sus cuidadoras decidieron hacer algo más por el mapache.
Junto a los estudiantes de ingeniería en Central Hardin High de Kentucky y con orientación de su amigo y profesor Russ Pike, River inició una campaña para la construcción de una silla especial que ayude a Boone a caminar.
Estos estudiantes han ayudado al mapache.
La mujer ya había intentado con algunos modelos disponibles en el mercado, pero ninguna de las sillas se adaptaba a las necesidades de Boone. Era necesario construir un prototipo personalizado para el mapache y los futuros ingenieros asumieron el reto.
Así quedó el invento para Boone.
Boone hizo varias visitas a los estudiantes para que pudiesen tomar las medidas para el prototipo y el proyecto resultó todo un éxito para ellos y el mapache.
«Desde la primera vez que llevaron a Boone a clase para que los niños lo conocieran, estuvieron totalmente de acuerdo. Es bastante bueno. La mayoría de las veces, estás tratando de involucrar a los niños. Bueno, tuvimos que controlarlos porque estaban muy emocionados «, dice Key sobre el entusiasmo por el proyecto.
Ahora este animalito puede moverse con mayor libertad, gracias a la ayuda de estos niños y su emoción al probar la silla fue incontrolable.
«¡Es asombroso! La mirada en el rostro de Boone cuando la probó por primera vez… estaba llorando. Se involucra mucho y tiene una mirada muy decidida, y cuando se movió por primera vez en la silla, se podía ver que se sentía diferente, y esto es bueno», dice Key sobre la reacción de Boone a la creación personalizada.
Ahora el mapache puede moverse por su cuenta y aprovecha esto para pasar más tiempo con su mejor amigo Benton. El perrito ha estado a su lado desde el primer día y ya que Boone recibió ayuda no está dispuesto a dejarlo solito.
Mira al mapache en acción.
Aunque la finalidad del santuario es rehabilitar y después liberar a los animales que allí llegan, en el caso de este mapache no será posible por su condición.
Devolverlo a la naturaleza podría significar su muerte, pues no tiene la agilidad para defenderse por sí solo. Por tal motivo Boone está tranquilo de saber que nadie lo separará de su amigo canino.
Los animales tienen un nivel de sensibilidad del que carecen muchos humanos, comparte en tus redes la historia de esta bella amistad y envíale a las criaturas tus saluditos.