La naturaleza puede ser sobrecogedora, pero, en su misma dureza se encuentra gran parte de la belleza de la que hace gala y que es capaz de maravillarnos. A pesar de tanta adversidad, todos los días los animales nos sorprenden con las escenas más bellas, tiernas y espontáneas del mundo.
La historia de estos elefantes bebé nos muestra la simpleza de la vida, que no se necesitan realizar grandes cosas para divertirse y ofrecer maravillas a los ojos.
Ambos fueron captados por la lente de la fotógrafa francesa Charmain Joubert, chapoteando en un lodazal, felices jugando entre ellos para escapar del calor.
Estaban completamente cubiertos de barro, de pies a cabeza, hecho que aprovecharon para deslizarse de lo lindo, felices y despreocupados. Al ver las hermosas imágenes, es fácil remitirse al recordado Dumbo, de Disney, quien, de seguro estaría feliz si estos pequeños fuesen sus hermanitos.
Joubert se quiso dedicar ese día a hacer fotografías de paquidermos. Ama su profesión ya que, asegura que interactuar con los animales le inspira y le nutre como ser humano. Lo cierto es que, este par que logró captar, en verdad no necesita más para divertirse. De inmediato, las fotos se volvieron virales en las redes.
“Para quienes no lo creen, solo deben ver las fotografías hechas por quien tomó algo de su tiempo para dedicarlo exclusivamente a estos elefantes”, dijo un usuario.
La tierna escena en el Parque Nacional de Elefantes Addo, en Sudáfrica, pudo quedar para la posteridad. El sitio se ha convertido en un verdadero santuario. Comenzó con tan solo 11 elefantes, en el año de 1931, pero es muy valorado hoy en día.
Tiene su propia página en Internet, según la cual el sitio alberga en la actualidad alrededor de 450 elefantes, lo que lo ha convertido en un refugio esencial para estos ejemplares.
Es frecuente que estos portentosos y juguetones trompudos realicen esta actividad para escapar del calor, refrescando sus cuerpos con el barro y con agua. Además, dicho sea de paso, es una excelente oportunidad para jugar a deslizarse junto con los camaradas de la manada.
¡Qué escena más hermosa con esas caritas tan dulces!
“Esta actividad de recubrir sus cuerpos con barro la suelen realizar los elefantes para huir de las altas temperaturas, y es una buena oportunidad para jugar entre todos en la manada”, explicó Joubert en su publicación.
Así fueron vistos nuestros tiernos orejudos, resbalando en la tierra hasta caer uno a uno a un lago, que aprovecharon también para beber agua e hidratarse, exhaustos después de tanto ejercicio.
Es así como nos gusta ver a los animales, creciendo felices, sanos y seguros. Esperamos que siempre puedan seguir disfrutando de su infancia de esa manera, ya que no siempre serán bebés y deberán asumir otras responsabilidades como adultos.
Quién no quisiera salir de casa hoy y revolcarse en el lodo feliz como ellos
Definitivamente, ella tuvo la habilidad de demostrarnos que, mientras sea posible, lo mejor es divertirse al máximo, algo que en esta pandemia todo el mundo agradece. Comparte esta historia contada en imágenes preciosas por esta fotógrafa.