Todos los seres vivos requerimos de una familia para nuestro correcto desarrollo y bienestar físico y psicológico. Nadie merece ser rechazado injustamente; nadie, incluyendo a las mascotas, debe ser tratado con la indignidad y el desprecio al que fue sometida esta perrita.
En la localidad chilena de Concepción, una canina se encontraba sola y atada a unas rocas, en un lugar lejano y poco transitado, bajo el inclemente clima caluroso que azotaba la zona. No se sabe con certeza quién o por qué fue dejada allí, pero, su angustia era más que evidente.
En aquel desolado paraje rocoso, nadie podía escuchar sus quejidos. El animalito debió pasar un largo tiempo confinado a las oprobiosas cadenas, impuestas por manos «canicidas», ensañadas sin ningún motivo contra el sufrido ejemplar.
Por fortuna, una mujer pasó providencialmente por el lugar, llamado la Cantera del Lonco. Oyó los quejidos, se acercó y con mucho esfuerzo safó a la peludita de raza pastor alemán justo a tiempo, para luego llevársela consigo a su hogar, tal como informara la organización Refugio Patita Sin Hogar.
“Ella ya está a salvo. Sí, la dejaron amarrada a una roca en la Cantera de Lonco. Para quienes no lo conocen, es uno de los lugares más calurosos de la comuna, lejos de todo y con poco tránsito de gente”, dijeron desde la organización.
Josefa Alarcón fue el ángel sin alas que llegó en el momento indicado para evitar una situación que prometía tener un final trágico para esta mascota. Lo que parecía inminente mejoró en muy poco tiempo. Finalmente, encontró un nuevo hogar, donde recibirá todo el cariño y el cuidado que una vez le fue negado.
“Lo peor que le puede ocurrir a un perrito es que su familia lo rechace. Existen casos entendibles de personas que no pueden seguir cuidando de sus mascotas, por ejemplo, por razones económicas. Por eso, la mejor opción siempre será llevarlos hasta un refugio para que ahí los adopten”, observó Josefa.
Estamos de acuerdo con esta noble y consciente dama de gran corazón, sin embargo, la abrumadora realidad es que sigue habiendo gente que prefiere hacer sufrir a los animales cientos de penurias en las calles, antes que darlos en adopción, cuando sienten que no son capaces de cuidarlos correctamente.
Así le pasó a esta perrita, quien debió esperar un milagro para sobrevivir. El milagro, esta vez se manifestó, la perrita fue muy afortunada. Sin embargo, esto no siempre ocurre, y son muchos los peluditos que no vuelven a ver la luz del día.
Comparte esta historia con tus familiares, amigos y seres queridos. Todos podemos actuar como Josefa Alarcón y hacer la diferencia. Adopta un animal y extráelo de la oscuridad de las calles, eso sí, solo si te sientes capacitado para hacerlo. Recuerda que esto exige de una enorme responsabilidad.