Osos hormigueros y tucanes. Monos trepados sobre algunas cabezas humanas y tortugas luchando desesperadamente por zafarse de las manos obsesivas que las apresan, que las asedian para captarlas caprichosamente con su cámara. No te engañes, detrás de cada selfie junto a animales, hay mucho sufrimiento.
En la actualidad, muchas personas se valen de las múltiples opciones que existen en el mercado turístico y someten a numerosas especies para su propio lucro. Todo ello con la finalidad de volverlos sumisos, para que los turistas puedan hacerse fotos que recordar para la posteridad. Como aquellas polémicas fotos de las Kardashian montando elefantes.
Obviamente, este tipo de personas no demuestran su desprecio hacia los seres más débiles y vulnerables frente a sus clientes. Ofrecen ofertas tales como posar en fotos con tigres, elefantes, osos, y otra diversidad de especies y un sinnúmero de ejemplares. Lo peor es que llevan años en este indigno negocio.
Lo más triste es que, dicha oferta resulta para algunos, algo demasiado tentador. La mayoría de las personas que se prestan para ello no tienen conciencia del daño, ni logran percibir la agresión de que son objeto los animales, para su distracción y su deleite. El ciclo de maldad nunca termina.
“El problema es que los turistas no logran percibir el abuso, ya que nadie dañará a los animales en frente de las personas, así que es un negocio totalmente desconocido y que parece de nunca acabar”, dijo un vocero de la organización ambientalista World Animal Protection.
Este problema se ha visto acentuado, aún más, desde la aparición de las redes sociales, donde todo el mundo está ávido de compartir las “aventuras” de su vida, con imágenes de sus viajes y de sus desafortunados encuentros con estas sufridas criaturas, completamente ignorantes de la realidad que hay detrás.
Mucha gente utiliza el sentido común de sombrero, o sencillamente, no lo tiene. Y es que, vamos a ver, si a un animal salvaje no le importa que poses tan cerca de él, que lo toques o que te subas a su lomo, así nada más, algo debe estar mal. Ninguno lo soportaría.
“Más del 40 por ciento de las fotos con estos animales muestran algún tipo de interacción cruel, entre la que destaca el contacto físico, es decir, dar algún abrazo o cargar al animal en brazos, pues el estrés al que son obligados con una fotografía es demasiado alto”, de acuerdo a la World Animal Protection.
Lo más doloroso es el método que utiliza esta gente innoble para someterlos y humillarlos. Se sabe por numerosas denuncias efectuadas, que son apaleados sin misericordia, para hacer que obedezcan y posen con esa apariencia dócil, que no es más que la máscara de la inhumanidad.
Comparte esta historia con tus seres queridos y amistades, a la espera de que este cruel, oscuro e insensato negocio no siga proliferando y ocasione más víctimas que lamentar. Colabora, no te fotografíes con animales salvajes.