Los perros son animales extraordinarios, y los amamos con el corazón tal y como son. Los hay de todas las clases, protectores, aburridos y los muy traviesos, amantes de mordisquear con ensañamiento nuestros objetos más preciosos: los zapatos.
Uno de estos fanáticos del calzado ajeno es un perro que vive en una aldea, en Borneo. No se sabe a ciencia cierta por qué este o los otros canes privilegian siempre los zapatos, pero, lo cierto es que nuestro hiperactivo amigo se dio a la tarea de acabar con el calzado de todos los vecinos.
Entonces, para intentar frenar su entusiasmo, su cuidador pensó en cuál sería la estrategia a seguir, la fórmula para darle un escarmiento al peludo. Lo mejor que se le ocurrió fue atarle una sandalia al cuello para dejarle un incómodo recuerdo.
La historia fue presentada en las redes sociales, directamente en el grupo Borneo Petlover Community, por una usuaria y, aparentemente, una presa más de los mordisqueos del perrito, de nombre Riani Langg.
Acompañada con la foto del peludo con la sandalia colgando de su cuello, Riani contó que su cuidador le ató el zapato para que aprenda la lección y deje de estar destrozando todo aquel zapato que encuentra a su paso. Pero también para que todos los vecinos lo identifiquen y guarden las chanclas cuando ande cerca.
“Este es el perrito travieso de mi aldea, que andaba mordiendo y trayendo zapatillas de aquí para allá de todos los vecinos, yo misma he caído en sus redes”, escribió Langg.
A pesar de lo simpática de la publicación, ésta no estuvo exenta de ciertos juicios y críticas en contra de la conducta tomada por la responsable del animal apodado “El Come Chanclas”, tildándola de abusiva. Riani Langg, por su parte, replicó más tarde en otra publicación:
“Voy a aclarar la situación antes de que la gente diga cosas que no son… Esto NO es ABUSO animal… el dueño ató las zapatillas (con una cuerda suelta) porque mordió las zapatillas de casi todo el pueblo”.
Realmente, a veces resulta muy desagradable y frustrante llegar cansado a casa del trabajo y encontrarse con tus hermosos zapatos molidos y llenos de baba de perro, pero, quienes vivimos o hemos vivido la experiencia, sabemos que, hagan lo que hagan, no podemos dejar de amarlos. No hay “castigo” que valga, cuando te dan un lengüetazo de amor.
Existen perros traviesos, sin embargo, este tipo de conductas responden principalmente a situaciones relacionadas con la ansiedad, el aburrimiento, la hiperactividad y, en un plano más físico, comezón en las encías.
Si tienes un perro, sabes de lo que te hablo y también sabes que son un verdadero fastidio sus travesuras dentelladas. Pero, de todas maneras, ya estamos claros de que no hay lección para que ni este ni los otros puedan parar. Tenemos que quererlos así, como son.
Solo… ¡Cuida tus chanclas! Puedes tener un «Come-Chanclas» en casa.
Comparte esta historia con tus seres queridos. Y si fuera el caso, tú, ¿qué harías?