A pesar de que, hoy en día son muchos los aportes que las campañas de concientización en favor de los derechos de los animales han otorgado a las sociedades, desgraciadamente, siguen ocurriendo hechos indignos en contra de estos seres más débiles y vulnerables.
Tomás es un perrito, que de tan solo verlo, la tristeza y la desolación nos embarga. Un cruento dolor de varios días se reflejaba en su mirada, producido por la fractura de una de sus patas. Atado a un árbol, arrojado por las manos viles de su responsable en un terreno baldío de Argentina.
Los hechos ocurrieron en la localidad de San Antonio, ciudad pesquera del país más al Sur del continente americano. Pero, ocurren en todos lados, y eso es en lo que tenemos que enfocarnos.
Lamentablemente, el inocente Tomás tuvo que entender a la fuerza y de la peor manera, que la misma gente por la que él hubiera dado su vida, le dio la espalda y lo traicionó inesperadamente.
Incapaz de moverse, su vida parecía desvanecerse, hasta que la situación llegó a oídos de Analía Quispe, una rescatista de la Asociación Amigos del Animal, justo en el momento cuando se encontraba en el proceso de alimentar a sus 160 ejemplares rescatados.
La mujer escuchó ladrar los perros, y cuando salió para ver qué sucedía, se topó con aquella triste figura canina que le partió el corazón en mil pedazos. Tuvo la suerte de encontrarlo, ya que el peludo se hallaba en un lugar donde circula poca gente.
Según le dijeron algunos vecinos, un hombre se apareció en el sitio con el perro y lo ató, sin más. Se dice que llegó a bordo de una camioneta, sobre la que luego subió y se alejó.
Pero, antes de la huida, varios residentes pudieron confrontarlo acerca de su innoble acción. Lo más descabellado fue la excusa del sujeto, quien aseguró que no tenía los medios para curarle su pata rota, ni mucho menos tiempo para hacerlo. Así, como se lee.
“No tenía cómo hacerlo curar, ni tiempo para atenderlo», dijo aquel hombre, sin importarle nada más.
Analía, en su afán por salvarle la vida, tomó al canino herido en sus brazos y lo trasladó a su casa de abrigo para mascotas. Posteriormente, lo llevó al veterinario, donde se evidenció la fractura, además de una infección severa.
“Este valiente perrito debe continuar tomando antibióticos y ser operado de manera urgente. Además, recibir tratamiento para evitar la amputación de una de sus patas delanteras”, escribió la rescatista en una publicación para quien desee ayudar.
Deberá volver nuevamente a control médico. Ya se han puesto varios números telefónicos disponibles para hacer donaciones. A pesar de todo lo vivido, el canino está muy feliz y agradecido por tanto amor y tantos mimos que ha recibido, y que lo han ayudado a ir dejando atrás aquel oscuro pasado. Una vez recuperado podrá tener un verdadero hogar.
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