Uno de los miedos más grande del ser humano es el sentimiento de pérdida de aquello que se ama, extraviar una mascota o verla fallecer es por mucho una de las cosas más dolorosa que todo dueño de mascota puede experimentar.
Algo que recientemente ha experimentado una familia en Reino Unido que tras encontrar a su amada gata, tuvieron que despedirse de ella.
La gatita desapareció cuando solo tenía dos años.
Phoebe es el nombre de nuestra peludita protagonista, los primeros años de su vida estuvo rodeada de personas que la trataron como un miembro más de la familia, sin embargo, todo cambió cuando cumplió dos añitos de vida, de un momento a otro desapareció de su hogar sin dejar rastro.
Sus dueños desesperados buscaron por toda la comunidad con la esperanza de dar con su paradero, pero todos los intentos eran en vano.
Nadie la había visto, no había huellas, ni algún señal que los motivara seguir con la búsqueda. Tras varios años del incidente, la familia no tuvo más opción que aceptar la pérdida irreparable del pequeño ser que había cambiado sus vidas.
Los años pasaron pero no la nostalgia para sus padres, quienes no tenían certeza de destino de su gatita, solo dudas.
La incertidumbre jamás dejó tranquilos a sus dueños.
Sin embargo, todo cambió para ellos cuando recibieron una llamada de la RSPCA. Phoebe fue vista vagando cerca de la institución donde el personal no dudó en rescatarla. Por suerte, la dulce minina tenía microchip y lograron dar con su dueña que seguía viviendo en la misma casa.
20 años pasaron desde aquel día que sus dueños la vieron por última vez, Phoebe ahora era una gata anciana y lamentablemente muy enferma.
Su dueña asegura que regresó para despedirse.
La dulce gata tenía un tumor cerebral, sus días estaban contados. Su dueña, Christine Ball, entre el asombro y la felicidad no podía creer la gran noticia, sentía que su amada bola de pelo había vuelto para despedirse.
Aunque pasaron dos décadas Ball no pudo olvidarla, su amor por ella seguía intacto, incluso la gatita reconoció a la mujer que un día la amó tanto, cuando estuvo de nuevo en su hogar se sintió tan cómoda como la primera vez, tan feliz como cuando solo era una gatita.
Phoebe estaba en su lecho de muerte.
Increíblemente, Phoebe no tenía signos de haber sido maltratada, estaba bien alimentada y su pelaje limpio, los veterinarios concluyeron que probablemente fue adoptada por otra familia, aunque esto fue solo una hipótesis su dueña agradeció infinitamente volver a verla.
Su apariencia estaba bien, pero su espíritu guerrero había desaparecido, su estado de salud era muy delicado, la gatita estaba sufriendo, para evitarle mayor dolor Ball optó por someterla a un sacrificio asistido.
Ball ahora es un ángel peludo que dejó grandes huellas de amor en Ball.
Phoebe vivió por 22 largos años, aunque será un misterio su vida fuera del campo de Bridgemere, Ball agradece haber tenido la oportunidad de amarla en los últimos días de su vida y tener la certeza que ahora descansa en ese lugar especial que todos los animalitos ocupan en el cielo cuando nos dejan en la tierra.
Solo quien ha tenido un peludito en casa entenderá el dolor de su partida. Ellos son ángeles peludos que estarán eternamente en nuestro corazón. ¡Comparte!