Robert Fuller es un padre de familia que vive en Thixendale, North Yorkshire. Su casa cuenta con el espacio perfecto para disfrutar al máximo de la naturaleza y de un sinfín de animalitos.
Para aprovechar esta maravillosa ventaja, Robert decidió construir un pequeño parque infantil para que sus hijos pasaran tiempo al aire libre y jugasen con completa libertad.
Lo que nunca imaginó era que los animalitos terminarían apoderándose por completo de su construcción, especialmente del trampolín.
Con el paso de los años, Robert ya tenía una buena idea de todas las especies que visitaban su jardín: zorros, búhos, erizos y tejones. En un par de ocasiones había logrado ver un armiño y tenía la sospecha de que había una gran familia de estos curiosos animalitos viviendo en su jardín.
Sin embargo, los armiños eran tremendamente tímidos y rara vez se dejaban ver. Por suerte, el trampolín que Robert instaló lo cambió todo.
“El parque infantil ha sido maravilloso. Creo que practican sus habilidades de caza e incluso juegan una extraña versión de escondite para armiños”, aseguró Robert.
Robert había instalado varias cámaras fotográficas alrededor del gimnasio infantil. Quería dar un buen vistazo a los animalitos y el resultado lo dejó boquiabierto. En los vídeos se podía a ver a toda una familia de armiños visitando constantemente el trampolín.
“Después de instalar la cámara, obtuve emocionantes clips de armiños rebotando y divirtiéndose. Parece que se reúnen y juegan allí”, explicó Robert.
Se subían hasta allí olfateando todo y sintiendo una enorme curiosidad. Finalmente, comenzaban a dar saltitos y disfrutaban maravillosas sesiones de juego tratando de saltar cada vez más alto.
«Parece que les gusta la textura del material y lo usan para peleas de juego y estiramientos particularmente animados”, celebró Robert.
Cuando Robert revisó las cámaras de seguridad, quedó encantado con el resultado. Había logrado interactuar un poco más con otros animales, pero el trampolín resultó clave para poder dar un mejor vistazo a la familia de armiños que vivía en su jardín.
Después de ver lo mucho que los peluditos disfrutaban del parque, comprendió que realmente pertenecía un poco más a ellos que a sus propios hijos.
Lo mejor de todo, es que esta bonita experiencia le ha servido para hablar a los más pequeños de la casa sobre la importancia de respetar a los animales y convivir con ellos de una manera armoniosa. Después de todo, basta dar un vistazo a estos vídeos para desear jugar con los divertidos armiños en el trampolín.
¿Habías visto algo tan tierno? No te vayas sin compartir esta bonita historia que ha alegrado el día de muchos.