Tras sus ojos tristes, tan típicos de un perrito de la calle, no solo se encuentra la mezquindad de alguien que decidió alejarlo de sí. No, el dolor que este animalito siente trascendió las emociones y se manifestó en su indefenso cuerpo, en una grave enfermedad.
Y es que, sabemos que la vida de estas criaturas sin hogar no es fácil, pero, mucho menos para este perrito, quien fue diagnosticado con un tumor venéreo en una clínica veterinaria donde llegó por su cuenta, arrastrando una de sus patitas, muy herida, rogando por ayuda.
El hecho ocurrió en un instituto médico para mascotas ubicado en la localidad de Juazeiro do Norte, un municipio en Brasil. Ese día, los especialistas trabajaban rutinariamente cuando, de pronto, hizo su aparición el animal visiblemente lastimado. Todo el personal dejó sus quehaceres y se abocó al herido.
El equipo veterinario lo recogió de las puertas de la clínica y lo trasladó a urgencias para realizarle una revisión médica exhaustiva. Fue cuando Dayse Silva, una de sus miembros, se percató de un sangrado en su pene, pero, además, del elemento cancerígeno, tan evidente que podía notarse a simple vista
“Llegó, mostró su pata y enseguida me di cuenta de que tenía sangrado en la región del pene, pero había un problema mucho mayor que solo diagnosticamos más tarde. Tiene un tumor venéreo transmisible, común en los animales de la calle”, dijo Dayse Silva.
Además de todo ello, la herida en su pata fue provocada por un clavo incrustado, que mantenía al animal muy adolorido. Sin embargo, gracias al pedido de auxilio del animalito y haber escogido el sitio correcto para hacerlo, hoy se recupera satisfactoriamente.
“Gracias que mostró su patita herida, este perrito callejero pudo ser diagnosticado con cáncer y tratado. Hoy ya alberga una nueva esperanza de vida, gracias al buen trabajo de sus veterinarios”, añadió Silva.
El orejudo se encuentra muy bien tras su primera sesión de radioterapia, respondiendo a la perfección al tratamiento. Es, sin duda, un perro valiente, con un instinto de supervivencia a prueba de todo. El número de sesiones varía de 4 a 7, con un monitoreo diario de cada una de sus reacciones.
Dayse se ha identificado especialmente con el caso de este canino, a quien se dedicó desde que llegó a las puertas de su lugar de trabajo. Tanto es así que se lo lleva todos los días a su residencia para que descanse en la noche, y en la mañana lo regresa a su tratamiento.
Una vez que el bigotón se recupere será puesto en adopción. Por eso, se requiere que el tratamiento sea lo más efectivo posible, ya que, tras hacerse conocida la situación del perrito y su cuidadora temporal, son cientos los brasileros deseosos de que mejore, para poder darle el buen hogar que se merece.
Gracias, Dayse, por tu compasión y por darle el mejor trato a este peludito, cual es el que todo animal necesita. Necesitamos más personas como tú. Inspiremos a más almas nobles con tus actos compartiendo.