Las organizaciones en pro del bienestar y los derechos de los animales, así como las autoridades encargadas de velar por su salud en todas partes del mundo son testigos, todos los días, de historias dolorosas. Como el llamado de auxilio de un corazón, que se rompía en mil pedazos al encontrar en tan lamentable situación a una ancianita peluda.
El caso de la perrita Emy, de 12 años de edad, debe llamarnos a la reflexión para que nunca más suceda. Y es que, resulta que la peluda fue avistada a punto de ahogarse en un río ubicado en la región de La Verrerie-de-Portieux, Francia.
Lo peor del asunto es que, según se desprendió de las investigaciones preliminares, el hecho no ocurrió por accidente. Aunque parezca mentira, presuntamente, según informó la Fundación 30 Millions D´amis, el animal fue arrojado al agua alevosamente por manos criminales.
La mezcla de bóxer y husky siberiano debió vivir un infierno, luchando desesperadamente por sobrevivir a aquel cobarde ataque perpetrado por seres que nos desdicen como especie.
“Esta es Emy, una perrita de 12 años que logramos rescatar. Fue arrojada a un río de forma planeada y a propósito. Simplemente, pasó por el mismo infierno”, dijeron desde la entidad ambientalista francesa.
Cuando, por fin tuvieron contacto con la perrita, los voluntarios de la fundación se dieron cuenta de que sufría mucho dolor. Tenía graves heridas y había perdido gran parte de su pelaje. Tampoco podía moverse, por lo que debió permanecer convaleciente durante algunos días.
Finalmente, la pobre Emy fue trasladada de urgencia a un médico veterinario que pudiera ponderar el nivel de daño sufrido por el animalito, sobre todo, tomando en consideración su avanzada edad.
“Estaba incapacitada, inmóvil y muy adolorida. Ya no podía mover sus patas. Se encontraba muy enferma y desolada. Alguien debió haberla lanzado allí”, señaló Dominique, una investigadora de la Fundación 30 Millions D´amis, quien recibió a Emy en el hospital.
La especialista veterinaria explicó que la perrita no tenía actividad motriz en sus patas. Según dijo, padecía de una hernia discal, por lo cual se presume que su discapacidad es muy anterior a haber sido arrojada al río. Le faltaba el pelo y, al menos, pesaba uno 10 kilos menos
La mirada triste de Emy es un reclamo de amor pero también el perdón a una raza humana que se olvidó de ella
Desafortunadamente, Emy estaba muy débil y anciana para poder superar la crueldad con la que fue tratada y murió trágicamente. Una muerte absurda, producida por gente desalmada. Esto provocó que la asociación proanimalista interpusiera la denuncia del caso ante las autoridades competentes.
Si él o los responsables son identificados e imputados, deberán enfrentar varios años de cárcel, ya que, en muchos lugares del mundo, incluida Francia, la legislación prevé sanciones por trato vejatorio e indiscriminado hacia los animales.
Esperemos a que Emy y otros miles de peludos que han fallecido como ella a causa de los humanos, estén donde estén, nos perdonen e iluminen para ser mejores. Pasa la voz, comparte esta historia para que nunca más se repita.