Keeper es un hermoso pato que fue encontrado abandonado en un estacionamiento. Era muy extraño verlo ahí deambulando solo y muy confundido lejos del agua.
Por suerte, una mujer lo vio y se comunicó con el Santuario de Animales de Alyssa para ver si podían ayudar.
«La mujer notó que tenía dificultad para caminar y que se estaba quedando cerca de las puertas donde había gente, era como si quisiera que alguien la ayudara”, dijo Alyssa Barry, fundadora de Alyssa’s Animal Sanctuary.
El santuario acogió a Keeper y descubrió que tenía una discapacidad conocida como dedos de paloma. Pero durante el proceso de adaptación con los otros patos el personal del santuario se dio cuenta rápidamente de que Keeper tenía otro problema que le afectaba mucho.
“Notamos de inmediato que tenía problemas para nadar. Cuando sus plumas se mojaron, el agua no goteó sobre ella como debería haberlo hecho, sino que la empapó. Tenía muy poca capacidad para flotar y era muy difícil para ella mantenerse por encima del agua”, agregó Alyssa.
Después de investigar un poco, Alyssa se dio cuenta de que Keeper había nacido sin una glándula acicalada que se encarga de producir aceites que hacen que los patos sean impermeables.
“Sus patas se golpeaban entre sí cuando remaba y de inmediatamente comenzaba a mostrar signos de estrés, por lo que la sacamos del agua. Rápidamente nos dimos cuenta de que no podría utilizar nuestra gran piscina”, dijo Alyssa.
La falta de esta glándula en la parte superior de sus patas en forma de paloma significaba que Keeper no podría nadar y estar rato en el agua con los otros patos porque podría ahogarse.
“Ella tiene una piscina para niños en la que puede entrar en cualquier momento y estar de parada. Todos los días Keeper observaba cómo el resto iba a la piscina y ella se sentaba sola en la parte inferior de la rampa hasta que volvían a bajar”, dijo Alyssa.
Alyssa quería encontrar una manera en la que Keeper estuviera cerca del resto de los patos de manera segura, pero no sabía cómo hacerlo, hasta que un día, estaba caminando por una tienda y vio un flotador gigante con forma de pato.
«Me entristeció verla sentarse sola en la parte inferior de la rampa mientras su familia jugaba en la piscina todo el día, y ella esperaba a que volvieran a bajar de la piscina», agregó Alyssa.
Alyssa no sabía si la idea del flotador funcionaría, pero decidió que valía la pena intentarlo. Para sorpresa de todos, después de un poco de ensayo y error, Keeper aprendió muy rápido a mantener el equilibrio y lo más impresionante es que quería hacerlo.
“Simplemente se convirtió en algo cotidiano, donde la recogíamos y la poníamos en su flotador y le encantaba. Creo que finalmente sintió que podía volver a ser parte de su familia», agregó Alyssa.
Se ha convertido en la reina del estanque de los patos. Aunque el flotador es un poco grande, los otros patos están muy a gusto de tenerla cerca.
Todos los patos respetan a Keeper y a su trono flotante, ninguno ha tratado de subirse a él.
El personal del santuario se aseguró de que Keeper estuviera a salvo en el caso de que cayera al agua y no hubiera alguien cerca para ayudarla colocando una repisa bajo el agua que se extiende desde la rampa hacia la piscina. Su pato flotante le ha cambiado la vida.
Comparte la encantadora historia de Keeper, quien es un poco diferente de los otros patos, pero gracias a su flotador puede hacer todo lo que ellos hacen y sentirse parte de la familia.