La fidelidad de un perrito no tiene límites ni fecha de caducidad, no importa si dejan de ver a su dueño en horas o días pero los canes siempre sabrán esperar. No obstante hay esperas que nunca terminan como la que enfrentaba el pobre Ramsés, un peludo mestizo que aguardaba a su papá humano afuera del hospital en el que el hombre había fallecido.
El leal compañero no quería abandonar el recinto.
A las afueras del Hospital EsSalud Suárez Angamos, en Perú, se podía ver al paciente peludo día y noche.
Al principio el personal creyó que se trataba de un callejerito más pero resultó que el mestizo era la mascota de un hombre que había ingresado de urgencia y que lamentablemente falleció.
Nadie sabía cómo explicarle al peludo que su papá ya no estaba.
Ramsés se la pasaba echado muy cerquita de la puerta en la que vio a su dueño por última vez. Al ver su situación, una empleada del hospital llamada Leona Morris decidió acudir a las redes para encontrar un nuevo hogar para el peludo.
La enfermera no quería dejar al peludo sin refugio.
Sin nadie que viera por él, Magaly Periche y Carlos Zelada, decidieron cambiar el destino del desdichado animal.
“Cuando leí que su dueño había fallecido, que el perrito llevaba 3 días esperándolo y que nadie había ido a verlo, pensé ‘pobrecito, nadie se lo va a llevar’. Justo semanas antes Carlos y yo estábamos buscando adoptar un perro, pero nos desanimaba la cantidad de requisitos y papeleos que nos exigían. Pensamos que con este perro ya no habrían obstáculos, así que fuimos a buscarlo”, dijo Magaly.
Cuando los esposos fueron por Ramsés, así lo bautizaron ellos mismos, el peludo no estaba en el lugar. Había pasado lo que tanto temía: Sanidad mandó a desalojar al peludo y nadie sabía dónde estaba.
Tras horas de búsqueda, la familia pudo dar con el paradero de Ramsés. Un vecino les informó que lo había visto en un restaurante cercano. El pobre peludo mendingaba algo de comida cuando conoció a quienes serían sus nuevos papás pero no todo era tan sencillo.
Ahora había que ganarse su confianza.
El can no conocía ni a Magaly y ni a Carlos, por lo tanto no confiaba en ellos. Pasó una hora antes de que los esposos pudiesen acercarse a él y reafirmaron lo que ya creían: Ramsés era un perrito dócil y juguetón.
El perrito se abrió a conocer a su nueva familia.
En casa de este matrimonio esperaban Isis y Arena, las otras peludas de la pareja, así que este caballero debió adaptarse a una familia grande. Pero sin duda que para Ramsés esto ha sido toda una bendición, tras perder a su papá humano el futuro que le esperaba era la calle pero Magaly y Carlos le ofrecieron otra oportunidad para ser feliz.
Ahora Ramsés tiene nuevos padres en los cuales depositar su confianza, comparte su historia y envíale un aplauso a esta pareja que tanto bien han hecho al rescatar a este pequeño.