Mónica Vicéns es una de esas almas generosas que aún quedan en el mundo y no dudan ni un momento en actuar siempre que puedan hacer el bien. Por ese motivo, cuando una de sus amigas le comentó sobre una manada de gatitos callejeros que habían sido abandonados en su cochera, no dudo en ayudarla a criarlos.
Pero esa ayuda terminó en la adopción de este travieso felino.
Para ese momento Mónica ya contaba con un minino en casa, Waffles, pero la escuálida condición de la gatita menor de la manada la conmovió. La mujer terminó por adoptarla sin pensar en las manías que desarrollaría más adelante.
«China era la única niña y la más pequeña de las tres. Ya tenía un gatito macho de 4 meses llamado Waffles pero me había enamorado de China, así que decidí quedarme con ella», dijo Vicéns.
Tiempo después de la adopción, cuando la mujer decidió mudarse a una casa más grande con un gran patio trasero, la gata se sintió a sus anchas.
A China le encantaba salir a explorar y desarrolló a cabalidad su instinto de caza. Esta criatura despertaba cada mañana y salía desde temprano hasta que regresaba a su hogar con algún insecto en la boca
Los insectos eran su recompensa favorita.
Parecía que China quería jugar el rol de proveedora en su casa y agasajaba a mamá con curiosos regalos pero a Mónica no le parecían nada agradables. Por ese motivo decidió reducirle sus salidas al exterior pero fue allí donde los obsequios más extraños comenzaron a aparecer.
Lapiceros y demás cosas comenzó a llevar China a su casa.
Mónica encontraba calcetines sucios en la entrada de su habitación y creyó que el responsable era el perro de su compañera de casa, pero nada más alejado de la realidad. Un buen día, China fue descubierta.
«Ella estaba haciendo algunos maullidos extraños, así que lentamente nos asomamos por la esquina y la vimos dejar caer el calcetín junto a mi puerta. ¡Fue la cosa más divertida que habíamos visto!», dijo Vicéns.
Hace unas semanas que China descubrió una manera de escapar de casa y ahora los objetos que trae a su madre provienen de cosas que halla en el mismo vecindario. La chica ha dejado de cazar insectos y elogia a Mónica con las cosas más curiosas.
«Pensé que esto podía serte útil, mamita».
El primer descubrimiento fueron unos cigarrillos y más tarde un encendedor, la joven pensó que era su compañera pero volvía a equivocarse.
“Unos días después, empezaron a aparecer más elementos y fue entonces cuando todo encajó. Ella había estado robando el jardín de mi vecino y no paraba. Yo pondría todo en su jardín tan pronto como lo dejara caer y ella los traería de regreso de inmediato, como, ‘¡Oye! ¡Pensé que te había dado esto!”, dijo Vicéns.
Los obsequios de China no han parado de llegar y Mónica intenta quitarle este mal hábito pero aún no lo ha logrado.
Al final de cada día, esta joven va hasta la casa de su vecino para disculparse y regresar todos los objetos que China ha hurtado.
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Para comprobar su historia, Mónica hizo una grabación y la compartió en sus redes sociales ya que, ni sus vecinos ni sus amigos parecían convencidos con la historia.
Una vez que la verdad ha salido a la luz, las víctimas de los hurtos no han dejado de reír con la travesura de esta gatita bribona y esperan cada noche a Mónica que regresa con las cosas robadas.
Aunque China es una gatita traviesa, su madre no la cambiaría por nada y se divierte mucho con sus locos hábitos. Comparte esta curiosa historia y cuéntanos si tienes a una mascota ladrona como esta gata.