Muchos animales son sometidos y convertidos en marionetas para el entretenimiento humano. Hacer equilibrios sobre una bicicleta o cruzar aros de fuego, son parte de los números antinaturales que diferentes especies en los circos deben interpretar después de un largo proceso de dominio hasta que se consigue anular su voluntad.
Este fue el caso de Jambolina, una osa parda que nació en un zoológico de Ucrania, Europa Oriental, pero que posteriormente fue vendida a un circo en donde vivió confinada en una indigna jaula durante 11 años. El desafortunado animal solo salía para realizar sus presentaciones.
No obstante, esta pandemia por el brote de coronavirus ha cambiado radicalmente las cosas, para bien, o para mal. Y es que, el circo del que formaba parte se vio paralizado. No podía seguir cuidando de ella, ya que estaba atravesando por serios problemas económicos.
Aprovechando esta coyuntura, gracias a los esfuerzos de la organización Four Paws, Jambolina, logró ser rescatada del miserable lugar de su reclusión y trasladada lejos de la ignominia, a un santuario localizado en los Alpes suizos.
Ahora, aunque la mayor parte del planeta se encuentra de cabeza por esta crisis sanitaria, al menos esta inocente y sufrida osa pudo ver que no todo está perdido y optar por una nueva oportunidad de vida.
“Nosotros rescatamos a la osa Jambolina de una pequeña jaula y 11 años de abuso como atracción de circo. Esta osa parda llegó a su nuevo hogar en el Santuario del Oso, Suiza, la a principios de diciembre”, informó Four Paws en sus cuentas de las redes sociales.
A través de las imágenes de la conmovedora publicación, se puede apreciar a Jambolina conociendo su nuevo hogar, después de tener que aguantar abusos de todo tipo por más de una década que solo le dejó dolor y sufrimiento.
“Uno de los mayores crímenes por el cual los activistas a favor de los derechos animales alzamos nuestra voz es el encierro que sufren muchos en las peores condiciones. Por eso, cada vez que logran ser rescatados de zoológicos, u otros lugares, para ser llevados a su hábitat, es una razón para celebrar”, añadieron desde la organización proanimalista.
Para que la osita pudiera lograr su traslado de manera exitosa, tuvo que realizar un viaje de 2.400 kilómetros que duró cuatro días. Atravesó gran parte de Europa, hasta llegar a la nevada e idílica Suiza. Tras sufrir tantas agresiones, ahora es que empieza lo bueno. Su proceso de recuperación marcha con viento a favor.
Se han dado casos de accidentes en los circos, como consecuencia de las malas condiciones de vida en que viven los animales. Estresados, asediados por un hábitat totalmente opuesto al natural, en ocasiones pierden el control debido a la presencia del público, el volumen de la música durante las actuaciones, el destello de los focos y la reclusión forzosa.
Fue su primera vez jugando en la nieve tras una vida de tortura
Con el avance de la tecnología, hoy en día el circo debería ser un espectáculo sin necesidad de someter al ridículo o a la humillación a los seres más vulnerables y que no lo merecen.
Comparte este grandioso final con tus amigos y levantemos la voz para de una vez por todas acabar con los circos que martirizan a estas inocentes criaturas.