Viper es un potro bastante amable que a temprana edad sufrió uno de los más terribles episodios en la vida de cualquier animal. Este equino perdió una de sus extremidades traseras después de un accidente que lo dejó en una gran agonía.
En ese momento su vida estaba en peligro y antes de ser sacrificado los veterinarios decidieron amputarle la pata.
A los seis meses de vida este caballo ha conocido lo que significa la solidaridad.
El destino cruzó al animalito con un joven ambicioso y comprometido con su carrera, se trata de Rodrigo Ramos quien es estudiante de veterinaria y ha hecho algo asombroso por la vida de Viper.
Con sólo 22 años este joven de Colatina, al noreste de Espíritu Santo en Brasil, logró que el potrillo tuviese una segunda oportunidad.
No sólo lo salvó de ser sacrificado, sino de un futuro como discapacitado.
En agosto de este año, Viper ingresó al Hospital Universitario de la UNESC con una lesión grave en el miembro pélvico izquierdo con deterioro vascular. El doctor Diogo Almeida Rondón fue quien recibió el caso.
“Teníamos dos salidas, hacíamos la amputación o aplicábamos la eutanasia. Aunque sabemos que en estos casos los resultados pueden ser frustrantes, optamos por la vida del animal”, dijo Almeida.
En esas condiciones Rodrigo conoció al potrillo y se encariñó tanto con él que decidió ayudarlo.
El estudiante de 9no año de veterinaria diseñó una prótesis de pierna para Viper, como parte de su trabajo final de grado. Pero más que un título, Ramos estaba trabajando en un cambio radical para la vida del animal.
Rodrigo diseñó una prótesis especial para que el equino volviese a caminar con normalidad. Este tipo de prótesis ortopédicas no son muy comunes en Brasil, pero tras una investigación, el joven decidió utilizar fibra de vidrio y aluminio para que el resultado final fuese resistente y ligero.
Su ingenio y dedicación dieron resultado.
Antes de que el invento estuviese del todo listo, la prótesis pasó por algunas pruebas y Viper formó parte de todo el proceso.
“Desde la primera prueba, el animal se adaptó muy bien, logró moverse con normalidad y con eso vimos que sólo era necesario mejorar la altura y la estética”, declaró Ramos.
La prótesis se irá adaptando a medida que Viper vaya creciendo.
El profesor Almeida vio con asombro la audacia de este joven y su compromiso por mejorar la calidad de vida del potrillo. Con un trabajo en conjunto pero en el cual Rodrigo siempre tuvo la mayor responsabilidad, el proyecto fue todo un éxito y ahora Viper se adapta cada día más a su nuevo modo de andar.
“Nuestra satisfacción fue enorme cuando nos dimos cuenta de que le habíamos devuelto la calidad de vida y esperamos poder aportar aún más”, comentó el alumno.
Las personas que utilizan toda su inteligencia e ingenio en beneficio a los demás siempre serán como ángeles en este mundo. En este caso, Viper encontró muy temprano al suyo y gracias al compromiso del joven ya no tendrá obstáculos para andar como cualquier caballito más.
Este tipo de prótesis podrían salvar a tantos equinos de ser sacrificados, comparte la historia de Viper y que otros veterinarios vean que apostar por la vida siempre es la mejor opción.