Todos los animales merecen ser parte de una familia amorosa que los acepte y quiera tal y como son, más allá de su tamaño, aspecto o especie a la que pertenezcan. Esto fue lo que demostró una joven de 19 años que decidió darle un nuevo hogar a un hermoso mamífero que vivía en una feria.
Açucena Guirra, originaria de Senhor do Bonfim, al norte de Bahía, Brasil, se volvió viral en las redes sociales después de publicar un video en el que narra la historia de cómo adoptó a un cachorro de cabra, llamado Bento, sin que sus padres lo supieran.
La chica conoció al animal mientras estaba en una feria en la ciudad. No pudo resistirse a la ternura de Bento y quiso adoptarlo, pero sus intenciones resultaron no gustarle demasiado al pequeño y el final de esta historia fue distinto a lo que se esperaba.
Lo sacó del infierno de la feria en que estaba
“Cuando llegué a la feria tenían tres cabras junto a Bento. Había dos molestas; una que estaba acostada y Bento que asentía con la cabeza a todos. Sentí una inmensa agonía, de inmediato sabía que lo quería a mi lado. El vendedor me dio un precio, logré un descuento y lo llevé a casa por 13 dólares”, narró Açucena Guirra.
De inmediato, la grabación alcanzó millones de me gusta y miles de comentarios. Siendo el verdadero deseo de Açucena adoptar a Bento como un hijo y dar así un ejemplo a todos los jóvenes de su edad.
Lo ama como a un hijo
“El joven de hoy toma dinero y compra sustancias dañinas. Yo utilizo mi dinero para comprar una cabra. Pensé que las cabras eran muy asequibles y que él podía ser mi hijo. Debe ser muy difícil ser mi padre”, bromeó la joven.
Su padre, Marivaldo de Cerqueira Júnior, asegura que la joven ya ha llevado varios animales a casa, pero se sorprendió con la llegada de la cabra Bento.
«A Açucena siempre le gustó traer mascotas a casa, tomándome por sorpresa: gatos, perros, pájaros, algo así. Pero una cabra realmente me asustó«, dijo el hombre.
Marivaldo pidió a Açucena que devolviera Bento y la joven se vio resignada a hacerlo, hasta que un milagro sucedió: justo cuando estaba con el vendedor, recibió una llamada de su madre, Marisa Guirra, diciéndole que podía quedarse con la cabra.
Marisa vio a la cabra como su anhelado nieto y comenzó a alimentarlo con leche que le daba cariñosamente en un biberón. Pero, pese a todo, el pequeño Bento no pudo adaptarse a su nuevo hogar en la ciudad.
«Bento empezó a destrozar la casa, me di cuenta de que no estaba tan feliz», señaló la joven.
Para no quedarse sin su hijo y preservar su naturaleza, Açucena llevó a Bento a vivir a una finca. Ahora, simplemente va a su casa a visitarlo.
Afortunadamente, Bento terminó en un lugar mucho mejor a la feria en donde se encontraba, demostrando que todos los animales son dignos de ser amados por una familia.
Ella tuvo que decirle adiós por su bienestar
Hay muchos animales que desean una vida mejor, abre tu corazón a ellos y no te vayas sin compartir esta historia.