Jennifer Kubba es una amante de los animales que ha abierto las puertas de su casa constantemente para dar la bienvenida a peluditos rescatados.
Hace un par de meses decidió que había llegado la hora de recibir a una gatita más pero su principal preocupación era que lograra llevarse bien con los otros gatitos de la casa y con su perro Husky.
Después de mucho pensarlo, finalmente adoptó a una linda gatita naranja llamada Cheese. Los primeros días fueron algo difíciles. La hermosa gatita era muy simpática pero sus hermanitos peludos parecían algo desconfiados con su llegada.
El perro, Aspen, fue el primero en abrirle su corazón. Comenzaron a tomar largas sesiones de juegos y hasta se acicalaban juntos. La gatita negra, Poppy, también comenzó a olfatearla y hasta tomaba largas siestas con Cheese unos días después de su adopción.
Todo parecía marchar bien pero había un miembro de la familia que se negaba a abrir su corazón. Una gatita blanca llamada Hank era la reina del lugar y parecía completamente cerrada a la idea de contar con una mascota más en la familia.
A pesar de que siempre se mostró muy arisca, la dulce Cheese no hacía nada más que perseguirla y pasaba todo el día intentando darle abrazos. Como una buena minina, Hank decidió que la ignoraría todo el tiempo pero no contaba con la inagotable perseverancia de Cheese.
“Ella nunca deja de maullar y correr. Siempre está persiguiendo a sus dos hermanas felinas”, dijo Jennifer.
La gatita se convirtió en su sombra y quería imitar todo lo que Hank hacía. Durante semanas continuó persiguiéndola por todos sus lugares favoritos y cuando comprendió cuál era su trono más querido, decidió tomar nuevas acciones.
Jennifer había instalado en casa un divertido árbol para gatitos. El lugar más alto era el favorito de Hank. Rara vez tomaba la siesta en otro lado y se había asegurado de que nadie más utilizara su trono. Cuando Cheese subió hasta allí, Hank no tardó en acercarse.
Todos en casa quedaron atentos a la reacción de Hank. Ella olfateó cuidadosamente a Cheese y desde entonces comenzó a disfrutar de su compañía. Ahora, las hermanitas gatunas son inseparables y se han convertido en el verdadero dúo de las travesuras.
Cheese encontró en Hank su mentora y la sigue imitando en todo lo que hace. No fue un camino sencillo, pero la linda peludita naranja trabajó hasta que logró robarse el corazón de todos en casa.
No hay dudas de que el hogar de Jennifer se ha convertido en el lugar que todos estos rescatados necesitan y ahora tendrán mucho más amor gracias a la traviesa Cheese. ¡Comparte!