La zarigüeya pigmea de montaña es tan rara que solo se conocía a partir de fósiles hasta 1966, cuando unos esquiadores encontraron una correteando sobre una pila de leña de su refugio en el monte Hotham, en Victoria, Australia.
Si bien se creyó que, debido a los voraces incendios registrados recientemente en territorio australiano esta especie diminuta pudiese haber sido prácticamente borrada de la faz de la Tierra, hoy tenemos buenas noticias para nuestro maravilloso Reino Animal.
La Madre Naturaleza nos dejó una de las sorpresas más agradables para este año tan convulsionado.
Se trata del descubrimiento de una pequeña zarigüeya pigmea, que no se había visto desde aquella fecha infausta cuando el fuego y las llamas devastaron Australia.
La noticia es esperanzadora para nuestro ecosistema, es una luz después de la oscuridad que se produjo por el desastre ocurrido.
La zarigüeya pigmea apareció cuando su especie se creía extinta
Las tiernas criaturas fueron encontradas por Kangaroo Island Land for Wildlife, un grupo de voluntarios dedicado a la conservación ambiental.
Una consecuencia feliz derivada de los grandes esfuerzos que se hicieron para la restauración del hábitat que siguió a los incendios forestales.
Según declaraciones de Pat Hodgens, un experto ecologista de la fauna de la región, solo ha habido 113 registros formales de las zarigüeyas pigmeas.
Cada una de estas minúsculas criaturas tan solo pesa unos siete gramos. No son comunes, y menos lo fueron después de la tragedia forestal ocurrida hace ya casi un año que dejó su hábitat y el de otras especies completamente devastado.
“Ciertamente no es una especie muy común y, obviamente, los incendios forestales de verano quemaron gran parte del hábitat que tenían las especies en general.
Pero, la verdad es que teníamos la esperanza de encontrarlos”, dijo Hodgens a la prensa.
Se cree que esta es la variedad más pequeña de zarigüeyas que existe en el planeta, lo que las vuelve prácticamente invisibles, increíblemente difíciles de encontrar y estudiar.
Se trata de los primeros ejemplares vistos en la isla Canguro, después de su destrucción.
“Estamos realizando extensos estudios para descubrir qué especies todavía existen, en un intento por hacer todo lo posible para protegerlas y asegurarnos de que permanezcan durante este momento bastante crítico”, añadió Hodgens.
Es muy importante llevar un control y un seguimiento minucioso, ya que estaríamos en presencia, según coinciden los expertos, del último refugio para muchas de estas especies que dependen de una vegetación muy antigua que lucha por resurgir de las cenizas.
Además de estos increíbles animalitos pigmeos, se han descubierto más de 20 especies diferentes de vida silvestre, incluido un ualabí de Tammar y un bandicoot marrón del sur de Australia.
Durante los meses de verano de 2019, Australia vivió un infierno. Los incendios en todo el país arrasaron 186.000 kilómetros cuadrados de tierra, cobraron la vida de 34 personas y afectaron a millones de animales.
Hermoso milagro de la naturaleza
Un año después, se cree que no es bueno olvidarse de la catástrofe. Grandes áreas de regiones verdes y prósperas, ahora se nos presentan como estériles, pasando del verde al gris.
Aparte del contenido desgarrador, el actual panorama puede servir a las autoridades para aportar información valiosa sobre las consecuencias de los incendios y los niveles de vegetación, así como los daños a la propiedad y a la fauna.
Todos los animales merecen estar protegidos, a salvo en su hábitat natural que lamentablemente muchas veces es destruido. En algunos casos, por causas de fuerza mayor en las que desastres naturales acaban con los espacios donde ellos coexisten, y en otros, por la inconsciencia del hombre.
Protejamos el medio ambiente y a todas las criaturas que habitan en él. No olvidemos a los animales sobrevivientes a los incendios que también necesitan ayuda.