Kaavan, el elefante que fue llamado el más solo y triste del mundo, recientemente capturó la atención de todos los medios locales. Por fin, este paquidermo de 32 años de edad rompió las cadenas que lo mantuvieron deprimido y estresado los últimos años de su vida.
El animal recuperó su preciada libertad, tras años de reclusión en un zoológico de Islamabad, Pakistán. Llegó al sitio como un regalo del gobierno de Sri Lanka a la nación pakistaní. Desde ese momento, fue tristemente llamado el elefante más solitario del planeta.
Gracias a la presión de numerosos activistas en favor de los animales y el medio ambiente, incluida la famosa cantante y actriz estadounidense, Cher, Kaavan comenzó una nueva vida al otro lado del continente asiático, en Camboya.
Cher es cofundadora de Free the Wild, una organización benéfica de protección de la vida salvaje. Conoció del caso e inmediatamente se interesó por la situación de Kaavan. Se encontraba en unas condiciones deplorables, sus patas heridas y muy descuidado, confinado en un diminuto recinto de 90 por 140 metros.
No había árboles que lo protegieran del inclemente clima y la poca sombra procedía de un pequeño edificio con el techo roto, en una ciudad como Islamabad, donde fácilmente se superan los 40 grados centígrados en verano.
Un equipo legal contratado por Cher logró la libertad del elefante. Esto es hoy una maravillosa realidad. Desde que fue trasladado de su indigno confinamiento, la vida de Kaavan ha dado un giro de 180 grados.
El antes solitario y deprimido animalito ahora juega como niño en el lodo y se mece feliz en los columpios dispuestos para él. Pero lo más importante es que lo hace en compañía de Di Poh, su nuevo mejor amigo paquidermo.
Y es que, Kaavan no lograba superar la muerte de su antigua compañera Saheli. Desarrolló un comportamiento impredecible y en ocasiones, violento. Sin embargo, las numerosas protestas provenientes de todas partes del mundo lograron lo que parecía imposible; que Kaavan, al fin, pueda vivir con plena libertad en un santuario.
Bilal, el especialista que se ha encargado de estudiar el comportamiento de Kaavan todo este tiempo, fue quien alertó del grave estado en el que se encontraba. Denunció que el animal estaba visiblemente afectado por la depresión y el estrés ocasionados por tanta soledad.
“Sufre depresión, estrés y anomalías en el comportamiento debido a la soledad, la falta de espacio y las cadenas. No tiene sentido que lo manden al extranjero. Sería un insulto para Sri Lanka. Es mejor que le traigan una compañera y arreglen un poco su recinto”, dijo el cuidador en aquel momento.
Gracias a un video de su bienvenida en Camboya, sabemos que fue recibido con mucho amor por Di Poh y todos los empleados del santuario.
Ambos paquidermos se hicieron grandes amigos desde el principio. Fue amor a primera vista:
“Primer contacto con un elefante en ocho años; este es un momento muy importante para Kaavan. Finalmente tendrá la oportunidad de vivir una vida tranquila y cercana a su especie. Tiene un gran futuro por delante”, aseguró Martin Bauer, vocero de la organización animalista Four Paws.
Eso sí, debido a su gigantesco tamaño que asusta, los demás elefantes del santuario deberán acostumbrarse a Kaavan, especialmente las tres ejemplares hembras que residen con él. Pero lo principal y que nos hace más felices es que que ya no estará solo.
Y mientras Kaavan disfruta de su nueva vida, por fortuna, el zoológico que lo albergó tan indignamente en Pakistán, pronto será clausurado, por su pobre infraestructura y condiciones. ¡Qué irónica es la vida, a veces!
Comparte esta historia con final feliz con tus amigos para celebrar la vida de libertad y amor que tiene ahora Kaavan, la que siempre mereció.