Si muchas veces al ser humano le cuesta solventar las necesidades básicas como techo y comida, ahora imagínense a un peludito abandonado que sin saber qué hacer deben sobrevivir por sus propios medios.
Indefensos y desesperados, en ocasiones toleran el peor de los tratos mientras buscan un lugar para refugiarse o algo de comida que les alivie la hambruna.
Los perritos de esta comunidad ya no aguantarán más hambre ni sed.
Si bien hay muchas organizaciones que velan por el bienestar de los peluditos callejeros, la realidad es completamente diferente.
Ellos no pueden con todo el trabajo y necesitan de voluntarios y verdaderos amantes de los peluditos que los ayuden a encontrar un equilibrio y poder ofrecerle una mejor calidad de vida a tantos perritos callejeros.
Una idea que se llevó a cabo gracias a la participación de todos los vecinos.
Por suerte, existen quienes están dispuestos a colaborar y ayudar a la mayor cantidad de perritos posible.
Un ejemplo de ello, son un grupo de residentes en Lima-Perú que se organizaron para instalar dispensadores de comida y agua en varias zonas para los peluditos.
Un significativo gesto que hace la diferencia.
La hermosa labor fue publicada en las redes por María Victoria, quien comentó que entre los vecinos decidieron crear comedores y pegarlos a lo largo de las calles para cualquier perrito hambriento.
Los dispensadores consisten cilindros ubicados de manera vertical, en la parte inferior cuenta con una apertura que es por donde se le suministra la comida, al final del cilindro hay otra apertura un poco más pequeña donde la comida cae directamente a un plato. El dispensador de agua funciona de la misma manera.
Ofrecerles techo es el gran plan de esta comunidad.
Para ambos dispensadores utilizaron pegamento para sujetarlos, así los perritos podrán comer completamente seguros y no habrá riesgo de que alguien quiera llevárselos.
Con esta idea, los peluditos ya no tendrán que preocuparse sobre su comida diaria. Los vecinos solo deben asegurarse que los dispensadores siempre estén llenos y con agua limpia para garantizar la salud de los perritos.
Deseamos que más personas sigan sus pasos y ayuden a los perritos más vulnerables.
Si bien el principal objetivo es sacarlos de las calles y ofrecerles un hogar lleno de amor, los vecinos saben que un proceso lento y que llevará mucho tiempo. Por ahora, están dispuestos a mejorar sus vidas con este pequeño gesto que sin duda es digno de admirar.
Qué bonito fuera el mundo si dejáramos los prejuicios de lado y nos interesáramos en ayudar a aquellos que no tienen nada. La acción de estos vecinos nos demuestra que no necesitamos de mucho para cambiarle la vida a un perrito callejero. Anímate hacer la diferencia y participa como voluntario en el centro o refugio más cercano a tu comunidad. ¡Comparte!