Cuando los perros o gatos nacen en las calles, cualquier cosa puede suceder: algunas camadas pueden prosperar sin problemas, otros pueden perder a su madre, otros pueden contagiarse de enfermedades graves que realmente comprometan sus vidas.
Este fue el caso de Twiglet, la perrita que conocerás hoy y que se convirtió en la última sobreviviente de una camada de perritos que corrió la más lamentable de las suertes. Ella de verdad tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no pasar a otro mundo, tal y como lo hicieron todos sus hermanitos.
Las enfermedades y el hambre estaban a punto de cobrar la vida de esta pobre chiquilla
La razón del malestar de Twiglet es que no solo estaba desnutrida y deshidratada, también estaba completamente llena de parásitos. En semejante condición, era de imaginarse que a su corta edad y tan débil como estaba, no le sería nada sencillo sobrevivir en las calles.
Por suerte para la cachorrita, Sidewalks Specials se encontraba llevando a cabo una jornada especial de rescate cuando dieron con la chiquilla y supieron que necesitaba de la ayuda adicional lo antes posible. La perrita a duras penas podía dar algunos pasos y hasta creyeron que no lo lograría.
Mira cuán débil y desmejorada estaba la pobre Twiglet cuando fue hallada
Con la llegada al veterinario, se dieron cuenta de que los problemas de Twiglet eran peores de lo que se podía ver a simple vista. La perrita tenía sarna y además presentaba fiebre, síntoma que surgió como consecuencia de las picaduras de las garrapatas.
¿Lo lograría? No estaban del todo seguros de que la perrita podría hacerlo, pero harían lo humanamente posible por ayudarla y para alegría de los rescatistas, Twiglet comenzó a responder al tratamiento. ¡La perrita era diminuta, pero su tamaño no contradecía su espíritu de lucha!
En un hogar de acogida la pequeña Twiglet verdaderamente floreció. Con el tratamiento adecuado y rodeada de un gran amor, la perrita muy pronto le demostró a sus humanos que no repetiría la mala suerte de sus hermanitos.
Una vez que comenzó a sentirse saludable y en confianza, la personalidad de esta traviesa comenzó a florecer.
Con el tratamiento adecuado y un amor incondicional, Twiglet comenzó a prosperar
La pequeña demostró que estaba llena de vida, pero que muy especialmente lo que le sobraba era amor y afecto para dar, así que comenzó a jugar, a alimentarse adecuadamente y a demostrar su faceta más pícara y a la vez la más tierna. ¡La verdad era una suerte haber tendido una mano a esta chiquilla justo a tiempo!
Una vez Twiglet se recuperó de su mal inicio en la vida, encontró muy pronto a unos padres fantásticos, que además de amarla, la educaron, descubriendo en ella a una perrita muy, muy inteligente. ¡Esta perrita era toda una caja de sorpresas!
Si te parece maravillosa la forma en la que esta perrita pudo alzarse sobre la adversidad, no dudes en compartir su historia con otros!