Este año ha sido bastante turbio para muchos. Pero, lejos de estancarnos a hablar de todas las cosas negativas, vale la pena resaltar el coraje y compromiso de algunas personas que aún en los tiempos difíciles dedican su vida en la protección y cuidados de otros.
Para ejemplos sobre esta realidad basta conocer a Eduard Seitan, un empresario de Chicago, Estados Unidos, que usa sus recursos para rescatar animalitos.
Eduard es copropietario de doce reconocidos restaurantes de la escena gastronómica de Chicago, pero que a su vez se han visto golpeados por la pandemia.
Tras tener que cerrar sus negocios por un tiempo, Seitan se percató de que si a los humanos les estaba yendo mal, pues mucho peor les tocaba a los animales sin hogar. El hombre tomó su Piper cherokee del 66 y se comprometió con una fundación que conecta a pilotos comprometidos con el rescate de perros y gatos en peligro.
Se trataba de “Pilot N Paws”, donde las aeronaves se usan para hacer el bien.
Los voluntarios de esta fundación viajan por todo el país salvando peludos en peligro. Pero son muchas las personas que puedan colaborar con estos singulares rescates, así que Eduard sintió el compromiso de utilizar su antiguo avión y sus habilidades para sumarse a esta noble causa.
“Desde que comenzó la pandemia, debido al tiempo extra que tenía en mis manos, he estado volando más de lo habitual. Pero ahora, sólo vuelo con el propósito de Pilots N Paws”, dijo Eduard.
Seitan ha volado hasta con cinco acompañantes caninos en su nave.
Este hombre descubrió su verdadera misión en el mundo y hasta la fecha ha servido en el rescate y traslado de 40 animales. No importa dónde se encuentren estas criaturas, la gente de Pilots N Paws hará lo que sea para rescatarlos y llevarlos a un lugar mejor.
Eduard supo sacarle el lado positivo a su tiempo extra.
Por lo general, los voluntarios de Pilots N Paws se encargan del traslado de gatos y perros en peligro de ser sacrificados o que han sufrido maltrato, hasta sus hogares temporales u otros refugios con la norma de «no matar».
Todos los animalitos viajan seguros en sus kennesl.
Con casi 4 años dentro de la fundación, este 2020 le ha permitido al ocupado empresario comprometerse verdaderamente con la causa. Aunque no todos los rescates resulten sencillos.
“A veces, los perros están aterrorizados cuando los encontramos por primera vez en tierra. Así que nos tomamos nuestro tiempo para pasearlos y aliviar el nerviosismo antes de subir. Pero hasta ahora, todos y cada uno de ellos parecían muy felices de estar en el avión ”, dijo Seitan.
El rescate más reciente en el que participó fue a mediados del mes de octubre, cuando logró rescatar a Frank y a Hero, dos perritos abusados.
Estos chicos tienen ahora una oportunidad de ser feliz.
Frank es un pointer alemán de pelo corto que fue dejado por su familia en medio de la nada. Mientras que Hero mostraba terrible quemaduras en su cuerpo, tras ser utilizado como blanco en una espantosa práctica con fuegos artificiales.
La colaboración de Eduard les dio otra oportunidad.
En ambos casos, la indignación del piloto llegó a su límite pero cada vez que conoce más historias como estas se convence más de la necesidad de su noble nueva misión.
Antes, Eduard era un neoyorquino más sumido en las responsabilidades del trabajo y las dificultades del día a día pero ahora la pandemia le dio el respiro necesario para ver todo lo que sucede a su alrededor.
Su compromiso con la fundación es cada vez mayor y él lo disfruta.
Actualmente, la ciudad de Nueva York tiene medidas más flexibles en cuanto al confinamiento y los restaurantes de Eduard han abierto sus puertas. Pero este hombre ha aprendido a delegar y se mantiene entre las nubes cumpliendo con el rescate de aquellos que ya no pueden esperar más: los animalitos abusados.
Alegra saber que existen personas comprometidas con el bien y que sacan algo positivo en esta pandemia, comparte la historia de Eduard y que su ejemplo motive a otros a ayudar ¡Mientras más pilotos, más vidas se salvarán!