Un perro o un gato necesita atención, cariño, cuidados, más aún si en su vida callejera ha recibido algún tipo de trato que haya socavado su integridad y su dignidad como ser vivo, que también tiene derecho a una vida plena y llena de afecto.
Rescatarlo de esa situación, no es tarea fácil. En la mayoría de las ocasiones el intento por ayudar a un animal dejado a su suerte en las calles puede no resultar exitoso, esto, quizás debido a inexperiencia de quien intenta ayudarlo.
Pero, no siempre es así. Estos dos gatitos fueron encontrados por un joven estudiante, acurrucados uno sobre el otro, sin una madre a la vista, en una esquina del estacionamiento de una universidad localizada en la ciudad de Chorpus Christi, Texas, Estados Unidos.
Al verlos tan diminutos y frágiles, de inmediato el muchacho supo que debía hacer algo para ayudarlos. Así que los recogió, los llevó a su dormitorio en el campus y, ayudado por su pareja, ambos iniciaron la alimentación de los esponjosos felinos de alrededor de una semana de nacidos. Definitivamente, cambiaron el destino de estos dos peludos.
“Inmediatamente reconoció su necesidad de ayuda, ya que estaban sentados bajo el ardiente sol de Texas sin una mamá”, dijo Lindsay Haglund de Coastal Bend Cat Rescue, lugar de acogida donde posteriormente serían dejados los cachorritos por la pareja.
Ambos hermanos felinos fueron bautizados como Nala y Simba, y a pesar de tener horarios de clases bastante estrictos y ocupados, el par de estudiantes enamorados se ofreció a ayudar y negociaron por turnos para quedarse a cuidar de los gatitos.
Sin embargo, al tener que hacer miles de peripecias para cumplir con alimentarlos cada dos horas con biberón, y para asegurarse de que no les faltara nada, los jóvenes se acercaron a pedir la asesoría de Coastal Bend Cat Rescue, un centro de rescate y crianza animal.
Nala y Simba son adorables
“Investigaron qué hacer por los gatitos bebés huérfanos e hicieron todo lo posible para mantenerlos con vida, brindándoles atención y cuidados.
En verdad, es un milagro en sí mismo mantener vivos a los gatitos recién nacidos, pero especialmente sin tener experiencia en la alimentación con biberón, deberían estar muy orgullosos”, agregó Lindsay.
En el nuevo hogar de acogida, los gatitos fueron creciendo fuertes, y según el personal que labora en el refugio, todos allí se sintieron muy impresionados cuando vieron a los bebés llegar en tan buen estado de salud, gracias a los buenos oficios y el trato delicado que tuvieron con los mininos los universitarios.
Tenían un buen peso, acorde con su edad, comían bien, aunque uno de ellos presentó algunos problemas estomacales menores; después de tratarlo, su apetito mejoró y ya ambos se encontraban listos para un espacio más grande donde pudieran correr y divertirse de lo lindo juntos, así que les fue un construido un corralito solo para ellos.
Durante las siguientes semanas se les vio a Nala y Simba florecer y desarrollarse con normalidad. Ambas comparten hasta el plato donde comen, aunque aún son tan mimadas que no han querido dejar el biberón.
Cuando llega el momento de recargar energías, se acurrucan juntas en su camita, se abrazan y ronronean hasta comenzar a soñar.
En poco tiempo estarán listas para habitar un hogar permanente, junto a una familia amorosa. Su historia es un verdadero testimonio de cómo las personas que ayudan a los animales pueden hacer una gran diferencia.
Comparte este hermoso rescate con tu gente querida, a partir de ahora, Nala y Simba crecerán grandes y fuertes, felices con su nueva vida llena de ronroneos.