Cuántas y cuántas veces recibimos visitas inesperadas que llegan a la casa sin previo aviso y nos toman por sorpresa, esto fue lo que les sucedió a Chaz Sanders y a su familia.
Chaz estaba disfrutando de un día de descanso en casa junto a sus seres queridos cuando de pronto un visitante que jamás imaginaron entró en su propiedad.
“Una mañana teníamos la puerta abierta dejando que los perros entraran y salieran, y miramos hacia arriba y él estaba parado en la sala de estar”, dijo Chaz.
Tras ver al invitado sorpresa todos se sintieron confundidos de inmediato.
“No tenemos más vecinos que una familia a unos tres kilómetros, así que no tenemos idea de cómo llegó», agregó Chaz.
El visitante misterioso se trata de un hermoso gallo, al que más tarde llamaron Ronnie, quien mantuvo su distancia al principio, pero después de unos días le dio entender a la familia que no pensaba irse.
«Me enamoré instantáneamente de él. Crecí rodeado de animales, pero nunca tuve un ave”, dijo Chaz.
Era evidente que Ronnie había decidido que ese era su nuevo hogar y no iría a ninguna parte.
“Nos sigue como un perro y le encanta la atención. Los primeros días se mantuvo a distancia y no nos dejaba tocarlo, pero después de entrar a la casa se calentó. Básicamente se hizo cargo y ahora hace lo que quiere”, dijo Chaz.
La familia definitivamente no había planeado adoptar un gallo, pero cuanto más conocían a Ronnie más lo amaban.
Rápidamente quedó claro que había entrado en su propiedad por una razón, estaba destinado a vivir con ellos.
La familia tenía dos perros, Addy y Merle, y adoptaron a Ronnie como su nuevo hermano, quien tiene rienda suelta en su nuevo hogar y hace lo que quiere. No siempre le gusta seguir las reglas de la casa y prefiere hacer de las suyas.
«Es atrevido, pero definitivamente leal. Actúa como un adolescente. Grita si no se sale con la suya y hará lo que le digas, pero cuesta, hay que decírselo un par de veces”, agregó Chaz.
A Ronnie le encanta pasar el rato en los lugares más altos donde su familia no puede alcanzarlo fácilmente, como el candelabro o el ventilador de techo.
Puede adoptar conductas de un perro, pero en el fondo es todo un gallo y le encanta despertar a su familia lo más temprano posible todos los días.
Después de investigar un poco sobre la mejor manera de cuidar a un gallo, su familia decidió adoptar otras gallinas para hacerle compañía. Nunca habían tenido pájaros, pero ahora tienen cinco y no podrían estar más felices por eso.
Nadie tiene idea de dónde vino Ronnie y por qué decidió entrar en el patio ese día. Sin embargo, su nueva familia está tan emocionada de tenerlo que ya no pueden imaginar su vida sin él.
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